Tijuana, BC, 5 de marzo. El presidente Felipe Calderón Hinojosa advirtió aquí que su gobierno no puede ni debe hacer solo la tarea de liberar a México de la violencia, así que demandó colaboración de las autoridades estatales y a los ciudadanos les pidió atorarle a los problemas.

Después de que Jorge Ramos, alcalde de Tijuana –uno de los municipios más afectados por la violencia en el país–, le solicitara la permanencia del Ejército Mexicano en las calles mientras se recupera la tranquilidad, el michoacano reconoció que hay un problema serio, pero aseguró que se combate más que nunca.

En cuanto a la crisis económica, el otro tema recurrente en sus giras de trabajo, el Presidente admitió que quizá en México no se pueda mitigar todo su impacto ni evitar que se pierdan empleos, pero sí poner todo lo que esté de nuestra parte para superar esta tempestad.

Durante las cuatro horas que estuvo en Tijuana, el titular del Ejecutivo se trasladó con estrictas medidas de seguridad. De hecho, usó el helicóptero presidencial para viajes cortos, como el que hizo de la planta de la empresa Kyocera al aeropuerto internacional Abelardo L. Rodríguez, que duró menos de cinco minutos.

Aquí reconoció que se vive un momento decisivo en la lucha contra la delincuencia, y por eso es necesario que la hagamos todos juntos, yo sé que no puede hacerlo solo el presidente municipal o el gobernador y por eso estamos aquí.

Su correligionario, el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán, admitió que el estado tiene una imagen deteriorada por culpa de quienes han creado un ambiente de desilusión y de miedo.

A su llegada a la empresa Kyocera, Calderón se declaró fanático del tema ambiental, y ofreció promover, junto con la Comisión Federal de Electricidad, la construcción de una planta que genere energía con páneles solares producidos exclusivamente en México.

Durante su recorrido, al que no tuvo acceso la prensa, dijo que una trabajadora de nombre Josefina le obsequió una cazuela con mole, como pago de una apuesta que ambos hicieron cuando Calderón era candidato presidencial.

Según el mandatario, en aquella época la señora no creyó que regresaría. Y bueno, ya estamos aquí, y además ya me entregó doña Josefina el mole, que fue subido al avión presidencial. Por tal razón, invitó a la trabajadora y a su familia a ir a Los Pinos a comer un plato de mole.

Muy temprano tuvo una reunión a puerta cerrada con líderes del estado. El formato inicial se modificó, ya que los empresarios mostraron su inconformidad, porque sólo escucharían discursos oficiales.

Ahí le advirtieron sobre la situación de los empresarios que gastan en dólares y cobran en pesos. Al respecto, Calderón señaló en el acto público que antes de la devaluación había un desajuste del tipo de cambio, por lo que mucha gente podía comprar casa en Estados Unidos, y ahora probablemente tengan que adquirirla en México.

Pero por otra parte celebró que las empresas establecidas en Tijuana se beneficien con la devaluación, porque sus productos son más baratos que en Estados Unidos o en el resto del mundo.

Por otra parte, para exigir el esclarecimiento de 500 casos de desaparición forzada de personas, integrantes de la Asociación contra la Impunidad se manifestaron frente a las instalaciones de la planta industrial donde concluyó la visita presidencial de este día.

Familiares de personas desaparecidas por secuestro, levantón o privación ilegal de la libertad mostraron cartelones con imágenes de hijos o hermanos, cuyo paradero se desconoce, ante lo que calificaron de inacción de las autoridades policiacas.

Al considerar que los gobiernos municipal y estatal están rebasados por la participación del crimen organizado en estas desapariciones, solicitaron –sin éxito– una audiencia con el Presidente de la República para exponerle la lista de desparecidos, circunstancias y la eventual participación de miembros de corporaciones policiacas.