Pumas dio anoche su último latido en cuartos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf, en Ciudad Universitaria. Cruz Azul, lejos de una actuación memorable, le repitió la dosis de 1-0 y se ubicó en la antesala de la final.

El zarpazo mortal, con el que los Cementeros alargaron a siete su cadena de triunfos consecutivos en el México 68, fue de Christian Riveros, al minuto 85.

Los presagios eran funestos para los de casa, no sólo por la desventaja de 1-0 con la que llegaron a este juego de vuelta, sino porque nuevamente fue un cuadro alterno el que encaró a los prácticamente titulares celestes.

Pero el intrascendente futbol anduvo del brazo de los dos equipos, sobre todo en los primeros 20 minutos del trámite. Lo único sobresaliente en ese lapso fue la lesión del auriazul Víctor Rosales, la cual obligó a la entrada de Juan Carlos Ramírez.

La película se repitió en el complemento. Fue cinco minutos antes del final cuando Riveros aprovechó un rebote y fusiló a Palacios dentro del área, y mientras algunos cementeros festejaban, al vicepresidente del club, Eduardo de la Torre, le llovieron insultos.

El técnico auriazul, Ricardo Ferretti, dijo que, al igual que los aficionados que se metieron con él, también estaba molesto porque no le gusta perder ni en las canicas. Sin embargo, recordó que ellos optaron por dar oportunidad a los jóvenes y no gastaron 12 o 15 millones de dólares para reforzar al equipo y hacer frente a los dos torneos.

Cruz Azul jugará en abril contra Islanders de Puerto Rico, que derrotó 1-0 anoche en San Pedro Sula al hondureño Marathon.

El global del encuentro fue 3-1, en tanto que los puertorriqueños también ganaron de locales por dos goles a uno.