Una buena señal
e puede o no estar de acuerdo con la filosofía conservadora que inspiró a los congresistas republicanos a votar en contra del paquete de salvamento de la economía del presidente Obama, pero su negativa a admitir que el país se fue a pique a consecuencia de ocho años de aplicar esa filosofía es una necedad. Por las evidencias, la pertinencia de la intervención del Estado en la vida de una nación, particularmente en su desarrollo económico y social, es una discusión más propia de la era Reagan-Thatcher, mas no cuando el mundo entero sufre las consecuencias de esa estrecha concepción del desarrollo. Tan es así que el gobierno de Bush tuvo que nacionalizar algunas corporaciones financieras para salvarlas de la bancarrota y evitar lo propio con el sistema financiero del mundo entero.
La negativa a aprobar ese paquete económico se antoja suicida para el país en su conjunto. Su apuesta a que el plan de Obama fracase, y recuperar así la mayoría en el Congreso en las próximas elecciones, es una estrategia que puede derivar en una depresión económica más profunda. Esa pírrica ganancia tendría un precio muy alto: la ruina del país. Con ello no se demostraría la validez de sus postulados ideológicos, pero sí quedaría de manifiesto su profunda animadversión a entender que el mundo cambió y el individualismo a ultranza y la exclusión del Estado en la vida social y económica no es la mejor receta para el desarrollo. La aprobación del paquete económico se logró con tres votos republicanos en el Congreso, lo que da cuenta de la cortedad de miras de ese partido.
La segunda parte del drama será la aprobación de un presupuesto que refleja un cambio radical en la recaudación y asignación de los recursos fiscales. En su concepción cumple con la agenda trazada por Obama en su campaña. Aumento sustancial de impuestos a quienes más ganan, aumento en la cobertura de salud para quienes más la necesitan, incremento en programas de educación y apoyo a los programas de protección del medio ambiente son algunos de los propósitos del presupuesto.
Se espera una fuerte oposición del Partido Republicano, por lo que Obama deberá buscar la colaboración de los más sensatos republicanos. La vía que escogió Obama para eliminar desigualdades y hacer más habitable este planeta sentará un precedente y será ejemplo para más de un país