Vaya forma de sufrir el comercializado Día de la Familia. América perdió el respeto de su hermano menor San Luis, que lo vino a visitar a su casa, el estadio Azteca, donde además de vencerlo 2-0 provocó que Ismael Rodríguez y Ángel Reyna fueran expulsados por mal comportamiento.

El colombiano Tressor Moreno abrió el tanteador al minuto 64, con un penal, y Víctor Lojero se encargó de aplicar el remache, al 71, en juego de cierre de la octava fecha del Clausura 2009, con lo que el hermano respondón sumó 12 unidades en el grupo tres, mientras el consentido se mantuvo con nueve, en el penúltimo lugar del llamado grupo de la muerte.

El duelo del domingo fue un auténtido fratricidio entre Gladiadores y Águilas que se fue gestando lentamente, luego de un primer tiempo para olvidar, cuando ninguno de los hermanos encontró la fórmula para vencer y sólo mostraron un pobre espectáculo que provocó bostezos en los aficionados.

Antes de irse al descanso, la asistencia de menos de la mitad – pese a la reventa que, como siempre, estuvo a la orden del día– dedicó sonoro abucheo a los jugadores de casa.

Para el inicio de la segunda mitad, el técnico americanista Jesús Ramírez envió al terreno de juego a Juan Carlos Silva, mientras el de San Luis mandó a Víctor Lojero, modificaciones que dieron mayor agresividad al equipo local, aunque siempre insuficiente.

Atenta a las acciones trabajó la abanderada María Isabel Tovar, quien observó el momento en que Robert de Pinho buscó el primero de la tarde, pero prefirió ceder a Reyna, que envió a las tribunas.

Parecía que el América despertaría del letargo que contagió a sus aficionados, pero la historia se escribió de otra forma cuando Braulio Luna fue fauleado dentro del área por Rodríguez, quien recibió roja directa.

Delgadillo decretó la pena máxima, que con más colocación que potencia cobró Tressor Moreno, al 62, por la parte alta derecha, donde Ochoa adivinó, pero nada pudo hacer para evitar el 1-0. Los seguidores de los Gladiadores estallaron en júbilo.

Con un hombre menos, las Águilas resintieron la desventaja y se inició la debacle. Fue una muerte dolorosa, como llamaría más tarde Chucho Ramírez a la derrota. Al minuto 70, la defensiva americanista, confiada, entregó en su salida un balón a Néstor Bareiro, quien engañó y de último momento decidió dar media vuelta para firmar la segunda anotación.

La segunda roja

La desesperación empezó a ocupar espacio entre las alicaídas aves, cuando Reyna trató de esquivar a Jesús Palacios, quien de todas formas fue pisado, por lo que el nazareno debió enseñar la segunda roja de la tarde, al 74.

Minutos después el final llegó. El fratricidio contra el hermano consentido se había consumado.

En conferencia de prensa, Ramírez, quien sufrió su primer revés, aceptó: no tuvimos la contundencia; fueron dos juegos, uno hasta el penal, pero antes tuvimos algunas oportunidades que no pudimos concretar, y aseguró que no lograron la coordinación que habían mostrado. Hoy perdimos, pero hay que seguir trabajando.

Señaló que todos en el equipo estaban molestos porque íbamos bien y este día tuvimos un tropiezo, pero todavía hay camino por recorrer y ahora a corregir las cosas que dejamos de hacer.

El verdugo Américo Scatolaro, sin demeritar que el América es uno de los cuadros grandes, estimó que San Luis se llevó un triunfo muy merecido, porque futbolísticamente hablando, se comportó bien (...) tratamos con este equipo de salir un poco más adelante y ya no ser el que venía y jugaba al borde del área grande.