De Carlos Montemayor, publican La Jornada Ediciones y el SME
Lunes 2 de marzo de 2009, p. a12
1938: el petróleo que fue de México es un argumento histórico, a manera de guión cinematográfico, que realizó el escritor Carlos Montemayor a finales de 1998 y principios del 99, para una película que aún no se filma.
Se trata de un libro que destaca la expropiación petrolera no como decisión administrativa del entonces presidente Lázaro Cárdenas, sino como proceso social que enalteció al pueblo mexicano entero
.
En el país se tiende a pensar que la expropiación petrolera fue una decisión política de Lázaro Cárdenas; sin embargo, ésta no hubiera sido posible sólo por una decisión administrativa de Cárdenas, si no hubiera contado con el apoyo popular, como no ha sido posible hoy día privatizar de manera inmediata y total Pemex por una decisión de (Carlos) Salinas de Gortari, (Ernestro) Zedillo, (Vicente) Fox o (Felipe) Calderón
, explicó Montemayor en la presentación del volumen, en el contexto de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
Con idea original del cineasta Sergio Olhovich, Montemayor investigó y escribió la historia del día a día de la expropiación petrolera, desde el primero de enero de 1938 hasta el 31 de diciembre de ese año
.
Durante ese tiempo intercala escenas breves que forman parte del material básico de cualquier intento de llevar al cine esa información
.
El argumento está elaborado para que se lea como si se estuviera viendo una película
. A lo largo de toda la narración hay una creciente presencia del apoyo y movimiento obrero
, sustancia del volumen.
Por ejemplo, diversos testimonios de cómo, a la entrada del Palacio de Bellas Artes, llegó gente humilde, amas de casa, profesores, campesinos de todo el país para contribuir en el pago de la indemnización a compañías extranjeras, con parte de su sueldo, joyas o gallinas.
Ésta es una cara de la expropiación, explicó Montemayor. Otras fueron los boicots internacionales contra México.
Uno fue privarlo de técnicos y asesoría, así como no venderle refacciones necesarias para refinerías. Los trabajadores echaron mano de su ingenio para reciclar o hasta crear piezas de madera, con lo que fue posible que el trabajo de Pemex continuara
.
Otro boicot, siguió, fue no comprar petróleo de México. La tarea de los trabajadores fue difícil y compleja.
1938: el petróleo que fue de México es publicado por La Jornada Ediciones y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).