Cuentan con clínicas autónomas capaces de realizar cirugías y practicar análisis básicos
La situación en nuestros pueblos ha cambiado, y no por lo que hace el gobierno, señalan promotores
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Sábado 28 de febrero de 2009, p. 14
Municipio autónomo 17 de Noviembre, Chis. 27 de febrero. La situación de salud de nuestros pueblos sí ha cambiado, y no por lo que hace el gobierno, sino por nosotros mismos. Ya son escasas las diarreas que antes mataban tanto niño; y cuando hay, las aislamos y tratamos. De eso ya no se mueren nuestros niños
. No obstante, la salud es difícil en la práctica
, reconoce José, responsable de la comisión de salud del caracol. Cualquier taller o capacitación tiene que salir de las necesidades de cada comunidad. Y con el trabajo de los promotores nos comunicamos cómo se enferma nuestra gente
.
Con un dejo de ironía, comenta que donde el gobierno ve una clínica autónoma, pone una del IMSS para hacer competencia
. Al principio, gana terreno, porque prometen mucho y reparten programas, pero pronto se ve que no cumplen la atención, faltan medicamentos, no tienen equipo o no lo usan
.
Además, el gobierno busca comprar con dinero a los promotores, y si no aceptan, descalifica a los compas y hasta crea problemas con la gente que no está de paciente y no es de la resistencia. Pero estamos por conciencia, no por dinero
.
En cualquier momento se pueden presentar casos que ameriten hospitalización o tratamiento de especialistas. En las clínicas autónomas hay ambulancias, o al menos un carro, para llevarlos al hospital de San Carlos (Altamirano) o al civil de San Cristóbal de las Casas, pero también contamos para algunas cirugías con los hospitales autómomos de Oventik y San José del Río
.
Los promotores siguen los embarazos, y casi todas las compañeras tienen su niño en la comunidad, y si se puede, en su casa, y las atiende un promotor o promotora, pero si es difícil las traen a la clínica, que tiene cuarto de ginecología
. El cuidado de la mujer incluye, asimismo, detección de cáncer cervicouterino y prevención y atención de infecciones. Las brigadas son constantes.
En la zona del caracol de Morelia hay unos 200 promotores de salud, que cubren diferentes áreas como mujer, dental o consulta general
. La coordinación de las regiones que conforman la llamada región Tzotz Choj data de 1999. Antes, cada una se organizaba por su lado, así desde el levantamiento de 1994
, relata José. Y en algunos casos, aún antes.
La clínica del municipio 17 de Noviembre, El Salvador Corazón de Jesús, se estableció en la comunidad de Morelia años antes del levantamiento y no ha dejado de funcionar. Dotada de consultorio, farmacia, laboratorio básico de análisis, sala de ginecología y clínica dental, está compuesta por cinco edificaciones y es atendida por cuatro promotores que se rotan cada cuatro días.
Todas las clínicas, unas 12 en este caracol, tienen farmacia con medicamentos básicos. Las casas de salud y botiquines de las comunidades son surtidos por las clínicas autónomas. Otra constante es la elaboración y empleo clínico de herbolaria: jarabes, ungüentos, tinturas, desinfectantes y otros productos naturales que forman parte de la farmacia.
Los zapatistas adquieren los fármacos que no elaboran ellos mismos. Y por ello, los enfermos deben pagar un precio muy bajo e igual para todos. Que la modesta economía autónoma suceda fuera del sistema estatal capitalista no impide que sea una economía en forma.
Periódicamente hay rumores y presiones oficiales para meter
brigadas en los poblados zapatistas, con base en la suposición de que allí no se vacuna a los menores. En ese aspecto, como en otros, la población zapatista no existe
oficialmente. No importa cuán cuidadoso sea el sistema zapatista de cartillas y registros, si las instituciones no lo detectan
, consideran que no los hay.
Ocurre también a nivel censal. Centenas de pueblos y comunidades zapatistas creados desde 1994, y que en algunos casos constituyen municipios autónomos enteros, tampoco existen
. Ni para los conteos oficiales, ni para la academia que se regocija en minimizar al zapatismo con ignorante voluntarismo ideológico. Para ellos nadie existe fuera de los registros, índices y programas
gubernamentales.