El apoyo será de entre 50 y 60 centavos por kilogramo de masa y entrará en vigor en abril
Sábado 28 de febrero de 2009, p. 13
La Secretaría de Economía (SE) accedió finalmente a entregar un subsidio de entre 50 y 60 centavos por kilogramo de masa a los pequeños molinos y tortillerías del país, de los que dependen 250 mil familias, a fin de evitar nuevos incrementos en el precio de la tortilla. El acuerdo se publicará en los primeros días de marzo y aunque entrará en vigor hasta abril, será de carácter retroactivo.
Con los subsidios, los molineros se comprometen a vender el kilogramo de masa a tres pesos como máximo, con el objetivo de estabilizar y generalizar el precio de la tortilla en nueve pesos, aseveró Antonio de la Torre, dirigente de la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Tortilla (UNIMT), quien presidió la comisión de interlocución de diversas organizaciones del sector con Lorenza Martínez, subsecretaria de Industria y Comercio de la SE.
Sin embargo, De la Torre advirtió que, dado que no existe un precio oficial para la tortilla, el mercado determinará cuál será la tarifa prevaleciente en el país, pero confió que con el apoyo económico que recibirán molineros y que beneficiará a las tortillerías tradicionales, el alimento pueda abaratarse en aquellas regiones donde ya se había encarecido.
Explicó que hasta ahora sólo las grandes empresas harineras recibían un subsidio por parte del gobierno federal, como resultado de los acuerdos que éste suscribió con los productores, industriales y comercializadores de la cadena maíz-tortilla, luego de que estalló la crisis del alimento en 2007, cuando apenas iniciaba la administración de Felipe Calderón, y se oficializó un incremento de 40 por ciento en su precio, para quedar en 8.50 pesos por kilogramo.
El subsidio sólo se daba a unas cinco o seis empresas harineras y ascendió a mil 450 pesos por tonelada de harina de maíz sin aditamentos; pese a ello, los más de 30 mil molineros de nixtamal quedaron sujetos a varios aumentos, al grado que en este año hubo lugares donde la tortilla volvió a venderse hasta en 12 pesos por kilogramo.
El último aumento por parte de las harineras se dio en enero y enviaron aviso a los molineros y tortillerías, en su mayoría micronegocios familiares, de que el precio se incrementaría nuevamente en marzo, refirió De la Torre, por lo que la UNIMT junto con otra veintena de organizaciones similares iniciaron negociaciones con la Secretaría de Economía para solicitarle un subsidio directo.
Según el dirigente, con dicho apoyo ahora los molineros y tortillerías tradicionales quedarán menos sujetos a las grandes harineras y en posibilidad de competir con ellas, ya que los micronegocios producen 53.8 por ciento de los seis millones de toneladas de harina de maíz que se producen anualmente en el país.
Consideró además que el subsidio que recibirán, sujeto a que comprueben con facturas la compra de harina de maíz y los gastos en insumos como el gas y la electricidad, servirá para regularizar el mercado, ya que, a raíz de la desaparición de Conasupo en 1999, se duplicó el número de tortillerías en el país –actualmente son casi 90 mil–, pero de las cuales un gran porcentaje opera en la economía informal y pelean por un mercado cada vez más deprimido, ya que el consumo anual per cápita de tortilla cayó de 135 a 95 kilos desde entonces a la fecha.