El poeta nahua Juan Hernández recibió galardón literario
Sábado 28 de febrero de 2009, p. 5
Un goya en náhuatl, dirigido por Miguel León-Portilla, cerró la noche del jueves el homenaje que los escritores en lenguas indígenas rindieron al historiador en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la que también se entregó el Premio Continental Canto de América al poeta nahua Juan Hernández Ramírez.
En el Aula Magna, la poeta zapoteca Irma Pineda, presidenta de Escritores en Lenguas Indígenas, Asociación Civil (ELIAC), dijo que desde hace muchos años León-Portilla sostiene con firmeza en su manos la palabra de los pueblos originarios
.
Reconoció las iluminadas palabras que ha escrito sobre papel, la palabra hecha flor que ha salido de su mente y de su boca
, a la vez que recordó que el investigador ha acompañado los esfuerzos de los escritores en lenguas indígenas para que éstas sean reconocidas, al igual que la raíz profunda de nuestras culturas
.
Al hablar del perfil del historiador, Pineda señaló en zapoteco y luego en español:
Qué puedo contarles que no hayan escuchado sobre él, sobre su trayectoria académica, como formador de varias generaciones, como escritor, como la inteligencia que es, pero sobre todo como un luchador cultural, quien portando como armas la palabra florida, la voz y la tinta, ha logrado derribar los muros de la indiferencia sobre los pueblos y culturas indígenas en nuestro país, y ha llevado la voz antigua a diversas partes del mundo.
Piedra incendiada
En su turno, León-Portilla habló del portento que representa el cómo surgen todas las lenguas humanas, en una combinación del cerebro y el aparato fonético para crear un universo maravilloso de sonidos
que tiene la capacidad increíble
de simbolizar. Cada una de las lenguas es una manera de acercarse al universo
.
Cada lengua es un tesoro
y cuando se extingue una –pues en México y en el mundo hay decenas en peligro de extinción–, se pierde un conocimiento y una manera irrepetible de ver el mundo.
Dijo que por desgracia, de las entre 60 y 90 lenguas originarias del país, varias agonizan
, como el kiliwa o el ixcateco, y ya han muerto muchas más en los siglos recientes. “Por eso –llamó a los escritores indígenas presentes en la mesa y entre el público–, ustedes que tienen sus lenguas, no las dejen perder”.
El escritor nahua Juan Hernández Ramírez, maestro jubilado en la Huasteca veracruzana y quien ganó el premio por mayoría por su poemario bilingüe Tlatatok tetl (Piedra incendiada), confesó que nunca imaginó que se convertiría en escritor. Ahora, aquí estoy, como una roca incendiada, arrancada de los monumentos erigidos en el pasado.
Luego de que ELIAC entregó su reconocimiento a León-Portilla y el premio a Juan Hernández, el cual consta de 120 mil pesos, el director de la Facultad de Filosofía y Letras, Ambrosio Velasco, hizo lo propio con medallas para el historiador y el poeta.