Pretende que la decisión surja en Roma y cuente con la aprobación de las autoridades locales
Considera urgente que las fuerzas armadas cuenten con atención especial de la Iglesia católica
Viernes 27 de febrero de 2009, p. 12
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) trabaja para que desde Roma se acepte la creación de un obispado castrense, el cual contaría con la aprobación del Estado mexicano, tal como existe ya en la mayoría de los países de América Latina.
Basada en la Constitución Apostólica Spirituali Militum Curae, dicha juridicción tendría un carácter personal y abarcaría a todos los fieles que son miembros de las fuerzas armadas y a sus familias, a fin de dar una atención completa e incisiva
a este grupo de feligreses que necesitan una atención especializada
, conforme a las características de su y trabajo.
Este deseo de la Iglesia católica data de hace poco más de 20 años, cuando en 1985, durante la 34 asamblea del Episcopado Mexicano, el pleno de los obispos encargó el cuidado espiritual
de las fuerzas armadas y de sus familias a Hilario Chávez Joya, obispo de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua. Tres años después, él mismo solicitó al cardenal Ernesto Corripio Ahumada, en ese momento arzobispo primado de México, el templo de Cristo Rey de la Paz, ubicado frente a la Secretaría de la Defensa Nacional y muy cerca del Campo Militar Número Uno, para desde ahí atender la pastoral militar.
Hoy en día existen en el país otros cuatro templos católicos que se destinan mayoritariamente a este trabajo, todos ellos ubicados cerca de instalaciones militares, en Tlalnepantla, estado de México; Nuevo Casas Grandes, Chihuahua; La Paz, Baja California, y Cuernavaca, Morelos. Desde 2003 cada año se realiza en diversas ciudades del país una jornada nacional de estudio de pastoral militar.
En 2001 el obispo Chávez Joya integró un grupo de clérigos castrenses en la diócesis de Nuevo Casas Grandes. Existe otro grupo de sacerdotes que, en sus respectivas diócesis, atienden espiritualmente a los militares y a sus familias.
El actual responsable de la dimensión de fuerzas armadas de la Comisión de Solidaridad Intraeclesial de la CEM y obispo auxiliar de Texcoco, Víctor René Rodríguez, reconoció que aun cuando falta mucho por avanzar en la pastoral castrense, el Episcopado Mexicano se prepara y trabaja para la creación de un obispado con esta característica, tal como se ha planteado desde Roma. Más aún en nuestro país, cuyos militares se encuentran librando una batalla en contra del narcotráfico y el crimen organizado, que los colocan a ellos y a sus familias en una situación particularmente difícil.
Planteó la necesidad de institucionalizar el diálogo entre la Iglesia y las fuerzas armadas, pues uno de los problemas que se enfrentan actualmente no es la falta de disposición al encuentro y a las conversaciones por parte de los oficiales y jefes militares, sino sobre todo a los constantes cambios de sedes que sufre este personal.
Bajo la Constitución Apostólica Spirituali Militum, promulgada por el papa Juan Pablo II en 1986, que ordena a los episcopados trabajar para hacer posible un obispado de estas características, se han conformada en países como Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Venezuela y Estados Unidos, entre otros.