Las investigaciones sobre el ataque al convoy de seguridad del gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, ocurrido el pasado domingo, son encabezadas por personal del Ejército en colaboración con los cuerpos policiacos federales y estatales, revelaron fuentes de primer nivel.

Desde el pasado lunes llegaron a la ciudad de Chihuahua al menos 180 militares que se encargarán de buscar indicios y localizar a los autores materiales de esos hechos.

En tanto, ayer arribaron al municipio de Ciudad Juárez unos 200 efectivos de las Fuerzas Especiales –integradas por militares y agentes de la Policía Federal Preventiva–, con la finalidad de resguardar a los asistentes a la reunión del gabinete de seguridad que se realizará este miércoles en la localidad.

Aunque la Procuraduría General de la República descartó la noche del lunes que el ataque a la escolta fuera un atentado contra el gobernador, fuentes de la delegación de esa dependencia en Chihuahua revelaron a La Jornada que ayer se abrió una segunda averiguación previa para desahogar otra hipótesis, ante la posibilidad de que sicarios al servicio del crimen organizado intentaran asesinar al mandatario.

Las autoridades no descartan que en los próximos días la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada atraiga las investigaciones ante la presunta participación de grupos ligados al narcotráfico.

Esta versión cobró fuerza después de que personal de seguridad del funcionario declaró ante las autoridades ministeriales que se percataron a tiempo de la intención de los sicarios de aproximarse a la camioneta en que viajaba el gobernador y por eso les cerraron el paso, lo que hizo que los pistoleros bajaran de sus vehículos e iniciaran la balacera contra los escoltas.

Además, los resultados de los primeros peritajes de balística realizados en el lugar de los hechos demuestran que primero dispararon los sicarios.

Al intentar repeler la agresión, Alejandro Chaparro Coronel, integrante de la guardia personal del gobernador, resultó herido y falleció al instante.

Asimismo, uno de los agresores, identificado como Eduardo Hernández Valdez –ex militar que ingresó a la Secretaría e la Defensa Nacional en septiembre de 2001 y se dio de baja en octubre de 2003– recibió un impacto de bala en la cabeza, está inconciente y no ha podido rendir declaración ministerial.

Acerca de las investigaciones que realiza el Ejército en Chihuahua, las fuentes consultadas indicaron que 80 fusileros paracaidistas y cien militares de Fuerzas Especiales ya están en la capital del estado con el propósito de dar con el paradero de los autores materiales del atentado.

Otros cien elementos de diversas compañías del Ejército, que ya estaban en Chihuahua, incrementaron los patrullajes en zonas urbanas de esa capital y de Ciudad Juárez, además de que reforzaron las revisiones a vehículos en los retenes de control.