La Paz, 24 de febrero. El presidente boliviano, Evo Morales, reiteró hoy que hubo infiltración de la estadunidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la paraestatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para que fracasara la nacionalización del sector de los hidrocarburos puesta en marcha por su gobierno desde 2006.

Está totalmente confirmada la infiltración de agentes externos, agentes de la CIA, y al respecto mencionó como uno de ellos a un ex capitán de la policía local identificado como Rodrigo Carrasco.

Afirmó que esa persona que trabajaba para la agencia de espionaje estadunidense llegó sorpresivamente el año pasado a la gerencia de YPFB con un título falso de ingeniero.

De esta manera volvió a referirse al recién destapado caso de corrupción que provocó la salida de la presidencia de la empresa petrolera de Santos Ramírez, un cercano compañero suyo de partido ahora encarcelado, pero al que evitó defender.

Dijo que Ramírez tendrá que demostrar su inocencia e insistió en que cayó en una trampa en este caso que tiene conexiones con la infiltración de la CIA.

Al participar en la conducción de un programa de más de seis horas de duración en la radio Causachum coca (viva la coca, en quechua), desde la región cocalera del Chapare, sostuvo que tal vez así opera el imperio para intentar que fracasen políticas que vamos llevando adelante.

Sin embargo, dijo estar preparado para enfrentar más intentos de desestabilización después de que el año pasado quisieron hacer un golpe para sacarme del palacio de gobierno, en referencia a una rebelión de líderes opositores regionales a finales del año pasado que terminó con una veintena de muertos, en su mayoría campesinos que apoyaban su gobierno.

Latinoamérica ya no será el patio trasero del imperio, eso se acabó y con el retorno de Rusia a Latinoamérica la historia de este nuevo milenio cambia totalmente, agregó en la audición, en la que recordó nuestros tiempos de lucha, de sus movilizaciones sindicales en defensa de la hoja de la coca a partir de la década de 1990.

Junto con varios dirigente cocaleros, el presidente Morales rememoró la época en que fueron reprimidos durante los gobiernos de Hugo Bánzer (1997-2000) y de Jorge Quiroga (2000-2001), que intentaron imponer una política de tolerancia cero a las plantaciones de coca en Bolivia.

Entonces, dijo el mandatario, éramos reprimidos por una fuerza de tarea expedicionaria al mando de la DEA.