El mercado editorial mexicano cuenta ya con una nueva propuesta independiente, Textofilia, sello dirigido por dos jóvenes cuya apuesta va más allá del bestseller.

Este miércoles presentan sus dos primeros títulos, Poemas de la mano izquierda, de Luis M. Verdejo, y En la tierra, de Robert Creeley, a las 19 horas en la Casa Refugio Citaltépetl (Citlaltépetl 25, Hipódromo Condesa).

“Nuestro afán se encamina a restituir el espacio de la lectura como placer. No esta cosa de que se lee para ser una mejor persona o porque desarrollas el hemisferio derecho del cerebro.

Finalmente uno lee por placer, por gusto; te tumbas y agarras un libro, dice Alfredo Núñez, de 24 años, quien junto con Ricardo Sánchez, de 25, hace un lustro fundó la revista Textofilia, que ahora se convierte en editorial.

Es posible que a la revista le toque dormir un rato, dice Ricardo. Ambos hablan con La Jornada acerca de sus planes como editores.

Textofilia tiene que ver con un amor muy placentero, muy perverso si se quiere, con los textos. Buscamos rescatar clásicos contemporáneos que no tienen espacios en las estanterías. Hay muchos horizontes por descubrir y ése es el reto de Textofilia: permitir al lector descubrir maravillas olvidadas, empolvadas, de clásicos latinoamericanos y estadunidenses del siglo XX que no llegaron acá.

Para este año está previsto el lanzamiento de cuatro colecciones: Hogarth, Lumía, Libros de artista e Ion. Ensayo, narrativa y poesía serán sus géneros, y entre los autores figuran Virginia Woolf, Juan José Saer, Martín Adán y Armonía Somers.

La propuesta consiste en promover la discusión. “Cuando éramos estudiantes universitarios –recuerda Alfredo Núñez– teníamos una gran sensación de inadecuación ante el contexto editorial. No nos gustaba lo que publicaban las revistas literarias, que de pronto se habían convertido en revistas politizadas, tendenciosas, donde antes que una propuesta literaria eran discusiones de partido y por eso decidimos hacer Textofilia.

“Creíamos que había muchos más autores. Ahora con la editorial y la crisis que tanto pega por todas partes, dijimos: ‘bueno, es que siempre ha habido crisis, no sé cuál es el escándalo mayor cuando este país, ha sobrevivido muchas crisis; ése no es pretexto para no hacer cosas nuevas, para no ponerse a jugar, para dejarle todo al destino, poner el dinero abajo del colchón y quedarse abajo de la colcha’.”

Los editores aprovecharán las nuevas tecnologías, harán tirajes cortos para no utilizar recursos en almacenamiento y saben, sobre todo, que no van tras el bestseller.

“Para sobrevivir no es necesario apostarle a eso. Estamos conscientes de que nuestro público es más pequeño que el del bestseller, pero existe, es informado y lee”, concluye Ricardo Sánchez.