Organizaciones campesinas propusieron al gobierno que el plan anticrisis incluya acciones para frenar las importaciones agropecuarias, pues el incremento de adquisiciones de productos subsidiados para ofrecer alimentos a bajo precio al consumidor ha provocado el desmantelamiento de la planta productiva.

Productores de arroz, leche y porcicultores asentaron que en el campo los focos rojos se encendieron antes de la actual crisis económica mundial; lo más lamentable es que las autoridades no atienden la alerta, asentaron.

El presidente de la Comisión de Desarrollo Rural del Senado y del Frente Nacional de Legisladores del Sector Rural, Heladio Ramírez López, comentó que uno de los ejemplos más recientes de decisiones gubernamentales que ponen en riesgo la actividad agrícola es la eliminación de aranceles a la importación de aceites vegetales.

La Secretaría de Economía hizo caso omiso a la recomendación del Senado y violó la fracción V del artículo 149 de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable; justificó su medida en el alza de precios de los aceites y grasas vegetales y ocasionó el deterioro del bienestar de los consumidores finales. Pero en la segunda mitad del año pasado los precios de referencia iniciaron un proceso sostenido a la baja, lo cual revirtió su tendencia alcista, abundó.

Sin embargo, la determinación sigue vigente y ello afecta ya a 70 mil productores que anualmente siembran oleaginosas en 250 mil hectáreas de Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Chiapas y Campeche, y pone en riesgo 10 mil empleos directos y 30 mil indirectos.

Pedro Díaz Hartz, presidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz, dijo que la actividad prácticamente desapareció, ya que dejaron de sembrar 19 mil campesinos y México pasó de ser país autosuficiente a dependiente de las importaciones del cereal. A la fecha, los agricultores de nueve estados aportan 35 por ciento del consumo interno, el resto es importado de Estados Unidos.

Destacó que hay 380 mil hectáreas ociosas que pueden incorporarse al cultivo de arroz, de las cuales la mitad están en Campeche, Tabasco y Veracruz, y con ellas se podría cubrir 80 por ciento del consumo nacional y se crearían 3 millones de empleos. Lo que falta es voluntad política para respaldar a los campesinos, dijo.

En igual sentido se manifestó el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González, pues si continúan aumentando las importaciones de lácteos y se mantiene un precio máximo de 4.50 pesos por litro al productor, se dejará de producir la mitad de los 30 millones de litros diarios actuales por la incosteabilidad del proceso productivo. Los industriales continúan amenazando con no comprar más leche a los productores nacionales y la respuesta de la autoridad es aumentar las importaciones, sin considerar que con ello pone en la indefensión a 150 mil medianos y pequeños productores.

La Confederación Nacional de Porcicultores asentó que las importaciones aumentaron 40 por ciento en los dos últimos años y ahora representan cerca de la mitad del consumo nacional, con lo cual se ha pisoteado a los productores, al grado de que está en riesgo la soberanía del país.