Los americanistas se sienten ahora más cerca de su técnico y eso ha gravitado en los resultados de los recientes tres partidos, según Ángel Reyna.

La comunicación es bastante importante entre jugador y cuerpo técnico. Eso provoca buen grupo, buen equipo y buenos resultados, puntualizó ayer el mediocampista, en la tradicional conferencia de prensa en las instalaciones de Coapa.

Reyna confesó que con el anterior técnico, el argentino Ramón Díaz, no había tanta comunicación. A lo mejor se podía platicar con el auxiliar (Sebastián Rambert) o de repente con el preparador físico (Óscar Dean), pero con él era un poquito difícil.

En cambio, con Jesús Ramírez es diferente. “No tenía el gusto de conocerlo, pero es un tipazo, una excelente persona y como entrenador no se diga. Estamos muy contentos con él.

Tiene muy buenas ideas y como grupo nos tiene de forma excelente, porque con Chucho hay bastante comunicación, es bastante abierto y siempre hay la plática de por medio, y eso como jugador te ayuda.

Se le preguntó entonces cómo interpretaba las actitudes de sus compañeros Édgar Castillo y Enrique Vera, quienes en los partidos ante Atlas y Tigres, respectivamente, se molestaron al ser sustituidos. Todos queremos jugar, y cuando te relevan puedes irte enojado, porque no te salen las cosas. Con el entrenador no, y como indisciplina no lo veo, porque todos tenemos orgullo y queremos estar dentro de la cancha. Pero no pasa nada. Repito: la comunicación con el técnico es bastante buena y no pasa por un berrinche, ni nada. Eso no es importante en este momento.

Reyna, por último, aceptó que los duelos fraternos, como el del próximo domingo entre América y San Luis, se prestan a la especulación. Sin embargo, recordó que le tocó estar del otro lado y quieres matar a los que están en el América. Ahora que estoy acá, profesionalmente quiero matarlos a ellos y ganarles; ahora quiero más a este equipo.

Ramírez, mientras tanto, justificó la molestia de Castillo y Vera. Argumentó que todos desean seguir jugando, pero, en el caso del paraguayo, el cambio se hizo porque ya estaba amonestado y no queríamos quedarnos con un hombre menos; yo sabía que estaba bien, pero no quisimos arriesgar.