Sonriente y muy puntual llegó Jorge López Páez, galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008 en el rubro de lingüística y literatura, al homenaje que el domingo pasado se le rindió al escritor en el contexto de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, por su trayectoria en el mundo de las letras.

Rodeado de sus amigos y discípulos, como Juan José Reyes, Ignacio Trejo, Jorge Muñoz, Fernando Islas y el director de la feria, Fernando Macotela, el autor de El solitario Atlántico habló de literatura, cine, música y algunos recuerdos de la infancia.

Los asistentes conocieron a un escritor con sentido del humor, que rehúye las entrevistas pero es audaz en sus respuestas y que generalmente termina haciendo las preguntas.

En la charla con sus amigos, López Páez señaló que no le gusta hablar y no le agrada la gente que habla mucho, así que aprovecha esta situación para contar historias.

Al referirse al libro Adiós a Berlín, de Christopher Isherwood, López Páez comentó que admira la narración y la inteligencia del autor, también destacó que hay historiadores como Bernal Díaz del Castillo que son mejores que cualquier novelista.

Bernal Díaz del Castillo es un narrador nato, que admiro mucho, tiene elegancia, inteligencia de espíritu, de todo.

Asimismo. bromeó al decir que a sus discípulos no les recomendaba leer a los historiadores de moda, porque no podían pagarlos, en cambio los más antiguos eran fáciles de encontrar en librerías de segunda mano.

Jorge Muñoz y Fernando Islas recordaron las enseñanzas del escritor, quien les recomendó leer a determinados autores para soltar la pluma y para que aprendieran la sencillez máxima en un texto.

Autor de largo aliento

Islas señaló que Páez es conocido por ser un escritor de largo aliento, es decir, sus cuentos parecen novelas cortas y sus novelas son extensas, en ese sentido tenemos a un narrador puro.

Juan José Reyes, en su intervención, destacó que López Páez en una charla amistosa no parece un escritor, no aparece en el mundo como un escritor y no comparece ante los demás como un escritor, sino como un ser humano con todas las prisas, deseos y emociones.

Jorge es un ser humano, pero no oculta ni presume su condición intelectual, su sensibilidad, sino que comparte con otras personas los asuntos del mundo, lo que vivimos todos.

Ignacio Trejo bromeó sobre los personajes borrachos que aparecen en los cuentos y novelas de López Páez, a lo que el autor contestó con humor que en sus historias van incluidas datos personales de sus amigos.