Los sindicatos que mantienen un paro de actividades en la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) anunciaron una megamovilización para mañana, frente a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, en demanda de incremento salarial y retabulación.

En entrevistas por separado, dirigentes de los académicos y de los trabajadores administrativos exhortaron a las autoridades a reanudar las negociaciones. Indicaron que solicitarán a la Auditoría Superior de la Federación y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que efectúen una revisión a la gestión de Aureliano Peña Lomelí, rector de esa casa de estudios. Afirman que derrochó el presupuesto que la Cámara de Diputados asignó a la universidad e incumplió diversos compromisos laborales.

Priscila Guerra Ramírez, secretaria general del sindicato de académicos, calificó de insuficiente el aumento salarial propuesto por la rectoría, de 4.25 por ciento –tope federal–, y el otorgamiento, sólo por este año, de un bono por seis mil pesos y un vale de despensa por dos mil.

Los agremiados, continuó, requieren un incremento salarial de al menos 60 por ciento. Es lo que, añadió, se ha estimado para recuperar el poder adquisitivo.

Apuntó que en múltiples ocasiones el rector ha afirmado que en Chapingo la crisis no se ve, como forma de justificar los altos salarios y los bonos de hasta 100 mil pesos mensuales que otorga su administración a los funcionarios universitarios, así como los excesivos gastos superfluos que ha realizado durante su estancia al frente de la institución.

Se trata de un rector gris, que no tiene visión ni un plan claro de cómo hacer que siga creciendo la universidad, comentó.

La última vez que los dos sindicatos coincidieron en estallar una huelga fue hace 20 años. Esta ocasión están en paro mil 200 académicos y dos mil administrativos, así como siete mil estudiantes.

Sara Juárez, secretaria de relaciones exteriores del sindicato, denunció que hasta ayer la patronal mantenía su negativa a presentar un ofrecimiento de retabulación salarial de al menos 40 por ciento para compensar el desfase –reconocido por la rectoría– que tienen los agremiados respecto de otras casas de estudios.