Sería negativa la incidencia sobre consumo e inversión: CEESP
Lunes 23 de febrero de 2009, p. 21
Facultar al Banco de México (BdM) para regular las tasas de interés redundaría en la posibilidad de que los bancos reduzcan el financiamiento, lo que incidiría de manera negativa sobre el consumo y la inversión, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), al referirse a la propuesta del Legislativo para fijar topes en los intereses que cobran las instituciones de crédito y proteger a los usuarios.
Las tasas de interés que cobran los bancos en el país son de las más altas del mundo y en la mayoría de los casos llegan a estar hasta 10 veces por encima de la inflación.
Los bancos extranjeros que operan en México, y que en conjunto concentran 71 por ciento de los activos del sistema financiero, fijan tasas muy superiores a las de sus países de origen. Como resultado, 30 por ciento de sus utilidades a nivel global provienen de México por el excesivo cobro de intereses y comisiones.
En su análisis semanal el organismo privado consideró que las medidas planteadas por diputados y senadores en las conclusiones del foro México ante la crisis, qué hacer para crecer pueden tener un objetivo razonable, pero no ser las más idóneas.
Tal es el caso de facultar al Banco de México para fijar las tasas de interés activas, que si bien se puede pensar que beneficiarían a los tenedores de créditos, su efecto más bien redundaría en la posibilidad de que los bancos redujeran el financiamiento, incidiendo negativamente sobre el consumo y la inversión, situación contraria a lo que se busca
, afirmó el CEESP.
Agregó que es importante considerar que la brecha entre tasas de interés pasivas (las que reciben los depositantes por su dinero) y las activas (las que los bancos cobran por créditos o préstamos) refleja en parte el riesgo que existe para otorgar un crédito, lo cual podría solventarse si se concretan las reformas estructurales pendientes, que es lo que realmente estimularía el crecimiento de la economía
, afirmó el organismo y agregó que históricamente cualquier fijación de precios propicia escasez y la banca no es la excepción
.
De acuerdo con legisladores de diferentes corrientes, los intereses en las tarjetas de crédito se ubican entre 40 y 60 por ciento anual, nivel que las coloca entre las más altas del mundo. Por ello la necesidad de que bajen por lo menos entre 10 y 15 por ciento, hasta llegar a 50 por ciento.
Con eso se pretende proteger a los usuarios y lograr que el crédito sea más accesible entre las 43 instituciones que operan en el sistema financiero mexicano y que es controlado principalmente por firmas extranjeras.