Las obras del artista, lúdicas
Domingo 22 de febrero de 2009, p. 6
El humor es la principal motivación que guía los pasos de Roberto de la Torre como artista. No sólo porque lo asume como uno de los rasgos básicos de su persona, sino porque encuentra que en el trasfondo de esa característica hay mucho de crítica y reflexión.
También se define como hombre lúdico, que gusta de aplicar el juego en la concepción y la realización artísticas, como mecanismo para sentirse y reafirmarse vivo.
Ello explica por qué parte considerable de sus objetos, intervenciones, acciones o performances están cargadas de un gran sentido del humor, muchas veces ácido o negro, y también que algunas de esas obras parezcan un juego o más bien, un juguete.
Cura con sotana
Tal es el caso de su pieza más reciente, instalación intitulada Chac Mool, la cual consta de un inflable a gran escala (8.5 metros de largo por 3.5 de ancho y 4.5 metros de altura) concebido para ser montado en espacios públicos y que los niños interactúen.
Se trata de la representación de un cura vestido con sotana negra, cuyo rostro está cubierto por una máscara sadomasoquista, y que se encuentra recostado en la misma posición que aquella escultura prehispánica tolteca de la que toma su título.
El artista hace con ella referencia al tema de la pederastia y la pedofilia: Con estas obra estoy tocando un tema sumamente delicado, el cual se refiere a la perversión y la seducción
, que pueden encontrarse al mismo tiempo en personajes o situaciones aparentemente inocentes.
Chac Mool fue instalada este sábado a las afueras del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la Universidad Nacional Autónoma de México –donde permanecerá durante todo este domingo–, con el propósito de invitar a la comunidad a la presentación del libro De la mordida al camello, también de Roberto de la Torre, que tuvo lugar ayer en las instalaciones de dicho recinto, ubicado en el Centro Cultural Universitario.
Editado y dirigido por el propio artista, bajo el sello Diamantina, en este volumen se reúne una selección de diversos trabajos efectuados por el autor entre los años 2000 y 2006, tanto en México como en otros países, entre ellos Japón y España.
Instalaciones, performances, fotografía, video es lo que documenta este material, el cual representa para De la Torre una obra artística en sí misma
.
Explica: Para mí resulta muy importante documentar mi trabajo, en especial el de tipo efímero, porque así puedo darlo a conocer y hacerlo llegar a más gente. A veces la documentación es la obra misma, porque un documento tan simple como una foto o un texto es lo que permite comunicar lo que quiero decir o lo que planteo
.
En la presentación del libro participaron Pilar Villela, Ulises Mora, Cuauhtémoc Medina e Itala Schmelz.