Opinión
Ver día anteriorSábado 21 de febrero de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los de abajo

Otros crímenes

E

n Tijuana, Baja California Norte, las matanzas diarias entre el crimen organizado, la policía y el Ejército ocupan las primeras planas, opacando otro tipo de crimen: el que se comete cotidianamente en cualquiera de las tantas maquiladoras que en esta ciudad fronteriza proliferan como centros de semiesclavitud y arbitrariedades patronales. El trinomio sindicato-Junta de Conciliación y Arbitraje-patrón se confabula para suprimir o arrebatar los derechos de los trabajadores, sin que nadie, más que ellos mismos, los defienda.

Los ex trabajadores y ex trabajadoras de Muebles Finos Buenos, fábrica proveniente de Carlson, California, todos con antigüedades de entre tres y 16 años desempeñándose como operadores de máquinas perforadoras, montacargas y cortadoras, han sido víctimas de un sindicato fantasma, un patrón abusivo y unas autoridades que actúan como cómplices del despojo.

Cuentan los obreros que el 20 de octubre de 2006 estalló una huelga, impuesta a 900 por el Sindicato de Trabajadores de la Industria, el Comercio, la Maquila, Conexos y Similares Guadalupe Victoria, perteneciente a la CROC, sindicato fantasma dirigido por César Soto Agüero, a quien conocieron hasta los días de la huelga, cuando en las asambleas aseguraba que pelearía por los derechos de los trabajadores.

Durante más de un año de huelga, denuncian los obreros, no sólo resistieron los ataques de los patrones, sino también del sindicato. Nosotros pusimos guardias para cuidar la fábrica, pero César Soto nos envió un montón de malandrines, encabezados por él, que nos acusaban de robar la fábrica que nosotros cuidábamos para que el sindicato y la empresa no se metieran ni robaran nada. Vinieron después las agresiones físicas a los huelguistas, los robos y las intimidaciones. Pero no caímos en las provocaciones ni respondimos la agresión, aunque finalmente el sindicato y la empresa hicieron un arreglo contra nosotros. Decidieron poner fin a la huelga y firmaron un convenio burlándose de nuestros derechos, pagándonos solamente entre 23 y 29 por ciento de lo que corresponde. El convenio fue ilegalmente avalado por Conciliación y Arbitraje.

En estos momentos los ex trabajadores siguen en pie de lucha. No quedamos conformes y por eso seguimos luchando. Y apelan a la solidaridad, para que nos paguen lo que nos deben.