Según estudio, algunas trabajadoras incluso son violadas
Reciben salarios y prestaciones superiores a la ley, responde la empresa
Jueves 19 de febrero de 2009, p. 41
Las organizaciones Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Prodesc), y Sociedad Mexicana pro Derechos de la Mujer (Semillas), así como la investigadora independiente Shaila Toledo, presentaron ayer el informe Lo barato sale caro, que denuncia las violaciones cometidas contra mujeres y adolescentes en la cadena comercial Wal-Mart, así como las transgresiones sistemáticas a la legislación laboral.
En la investigación, Toledo da cuenta de la discriminación y explotación a que son sujetas las trabajadoras de dicha cadena comercial. Para entrar a laborar –seña- la–, se les exige certificado de no embarazo y se les discrimina a la hora de ascender en el escalafón, además de que son sujetas a acoso sexual y algunas han sido violadas por sus supervisores.
En el caso de los menores trabajadores (cerillos o empacadores), sostiene que Wal-Mart se aprovecha de sus necesidades económicas y los obliga a firmar contratos de trabajo sin sueldo, prestaciones ni servicio médico. Con 895 tiendas en 141 ciudades de México, dicha trasnacional es la principal empleadora de mujeres en el país
.
Durante la presentación del informe, Toledo sostuvo además que Wal-Mart se beneficia de favores gubernamentales, ha manipulado elecciones nacionales para proteger a sus benefactores, actúa de manera ilegal, goza de tráfico de influencias y cuando carece de apoyo oficial simplemente viola la ley
.
Los datos aportados –señala– son producto de dos investigaciones; la primera fue realizada con menores (cerillos) y la segunda incluye entrevistas a trabajadoras de la cadena comercial en el estado de México, Puebla, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, Guerrero, Tlaxcala y Morelos.
Dicho informe denuncia violaciones a los derechos humanos y laborales en seis rubros: salario –aunque la mujer realiza el mismo trabajo que los hombres, gana menos–, discriminación –se les exige prueba de ingravidez y se les obstaculiza el ascenso–, jornadas –las obligan a trabajar horarios de 10 horas o más, cuando la ley determina que sean de ocho, y muchas veces no se les retribuye la jornada extra–, condiciones de trabajo –no cuentan con equipo y medidas de protección ni de salud; en el caso de las cajeras, se les obliga estar de pie durante la jornada y en ocasiones son obligadas a doblar turno–, justicia laboral –Wal-Mart goza de impunidad y no respeta la Ley Federal del Trabajo–, y sindicalización: está prohibido agremiarse y cesa a los trabajadores que intentan organizarse.
Valeria Scorza, coordinadora de Prodesc; Marta Lamas y Emilianne de León, directora y presidenta de Semillas, respectivamente; Alejandro Calvillo, de la organización Poder del Consumidor, y Toledo manifestaron que es necesario que se emprenda una campaña de boicot contra Wal-Mart para obligarla a cumplir la ley e hicieron un llamado a las autoridades laborales para que supervisen las condiciones de los empleados de la transnacional.
No supera prueba de objetividad
Al conocer el informe, Wal-Mart envió de inmediato su postura a los medios. Antonio Ocaranza, director de comunicación corporativa de la empresa, descalificó la investigación y consideró que no supera la más sencilla prueba de objetividad y veracidad
. Dijo que la trasnacional es escrupulosa en el respeto a la ley y el marco regulatorio
. Incluso, ponderó que sus asociados
–como Wal-Mart llama a empleados– reciben salarios y prestaciones que superan lo estipulado en la ley
, y refirió que el año pasado más de 11 mil 600 trabajadoras fueron promovidas a un puesto superior.
En cuanto a los empacadores, Ocaranza manifestó que Wal- Mart superó el acuerdo que al respecto se firmó con el gobierno federal y la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, para promover que continúen sus estudios.