Alejandro Ordaz enfrentó una agresión de policías vestidos de civil, al ser confundido con un acosador
Jueves 19 de febrero de 2009, p. 44
Madrid, 18 de febrero. Tras permanecer en prisión algo más de 11 meses, en concreto 347 días, el estudiante mexicano Alejandro Ordaz Moreno salió hoy en libertad sin fianza del Centro Penitenciario de Sevilla Punto Cero, donde rememoró una y otra vez el origen de su pesadilla.
En la madrugada del 8 marzo del año pasado, el ingeniero mexicano becado por Conacyt fue confundido con un supuesto acosador, y él, presa del pánico, tras ser perseguido por dos policías vestidos de civil, se enfrentó a golpes con los agentes. Desde entonces no volvió a pisar la calle: del calabozo de la comisaría de Sevilla pasó a los separos de los tribunales provinciales, para posteriormente ser recluido en la cárcel durante todo este tiempo a la espera de un juicio en el que se podría enfrentar a una condena hasta de 13 años.
Ordaz Moreno cumplió entre rejas 29 años de edad. A finales del 2007, una vez concluida su carrera de ingeniería civil y concedida la beca del organismo público mexicano, viajó a España para doctorarse en energías renovables. Su perfil académico y su proyecto de investigación lo avalaron para conseguir una beca de mil dólares mensuales, que le servían para pagar el alquiler de la vivienda, la comida y los utensilios básicos para su estudio.
El 8 de marzo, Ordaz Moreno estuvo bebiendo unas cervezas
con un compañero de facultad, también mexicano, hasta altas horas de la noche. Cuando iba de regreso a casa, dos policías vestidos de civil lo siguieron furtivamente y le ordenaron detenerse, ya que, según dijeron, sus rasgos físicos coincidían con los de un supuesto acosador que había sido denunciado por tres mujeres: alto, moreno y fornido
.
Según reconoció el propio estudiante mexicano en una carta abierta, en la que cuenta de forma pormenorizada su experiencia aquella noche, se asustó, pues iba muy borracho
y hasta pensó que lo querían secuestrar
, por lo que optó por defenderse. La detención terminó en una trifulca, de la que una policía resultó con severas lesiones en el cuello, un brazo roto, magulladuras en la cabeza y otras lesiones que la apartaron 75 días de su trabajo.
Tras su detención, Ordaz Moreno denunció que durante dos días estuvo incomunicado, sufrió malos tratos –desde patadas hasta golpes con arma contundente– y fue insultado y vejado por su condición de ciudadano mexicano, pues lo llamaron reiteradamente indio de mierda
y te vamos a regresar muerto a tu país de perros
.
Desde su traslado al centro penitenciario, tanto el estudiante originario de Guanajuato como sus padres –Esteban, un policía, e Isabel, dueña de una tienda de abarrotes– han clamado por su inocencia, al tiempo que denunciaban la lentitud de la justicia española y la saña con la que actuaban policías de esa nacionalidad, quienes mediante abogados se negaron a conceder la libertad sin fianza –a pesar de la ausencia de antecedentes penales– y presentaron cargos por cuatro supuestos delitos: tentativa de asesinato, tenencia ilícita de armas y atentado a la autoridad.
Finalmente, la sección tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla accedió a la petición de los abogados del estudiante de conceder la libertad sin fianza en lo que se celebra el juicio, aún sin fecha prevista. El auto de los magistrados reconoce que el joven no tiene antecedentes penales y que se ha tomado en cuenta el respaldo del consulado de México, que incluso dio como domicilio legal del estudiante la propia sede de la embajada de nuestro país en Madrid. Los magistrados sí ordenaron, en cambio, que Ordaz Moreno se presente ante los juzgados los días 1 y 15 de cada mes, además de que se le retiró el pasaporte para evitar su salida del país hasta que se celebre la vista oral.