La crisis económica mundial no cesa en crear malas expectativas empresariales y nubarrones en el panorama de crecimiento, incluso de economías fuertes como la de Alemania, o en países en desarrollo como México, donde un gigante mundial de la fabricación de vidrio, Vitro, dio a conocer el recorte de 800 empleos que ha llevado a cabo desde hace cuatro meses. Este consorcio informó que enfrenta fuertes problemas financieros, por lo que, añadió un ejecutivo de alto nivel, estamos haciendo un ajuste importante en la plantilla ejecutiva.

La automotriz alemana BMW informó que recortará 850 empleos en su fábrica de Mini en Oxford, en el centro de Inglaterra, para cumplir con su plan de reducir la producción frente a la débil demanda. A la par, el ministro de Finanzas alemán, Peer Steinbrueck, señaló que Opel, filial germana de General Motors, sólo recibirá ayuda si viene con un plan de restructuración y garantiza al Estado que esta ayuda permanecerá en el país.

El negativo panorama en la economía mundial podría detener el alza en la tasa de natalidad en Alemania, donde el gobierno de la canciller Angela Merkel ha elevado los beneficios parentales para ayudar a detener una inminente crisis demográfica.

Otros sectores productivos como el del jugo de naranja, en Brasil, son golpeados por la crisis económica. A su vez, un fiscal de la justicia en Rusia declaró que el empeoramiento de la crisis ha provocado una ola de crímenes violentos en Moscú. Los dirigentes rusos intentan contener la peor crisis económica en al menos una década.

Un sondeo mostró que la industria mundial del acero registraría este año su primera caída de producción en más de una década. El sondeo realizado la semana pasada entre analistas y expertos reflejó que la producción mundial de acero crudo caería este año 9 por ciento, a mil 210 millones de toneladas, lo que representaría su primer declive desde 1998. La demanda global por el acero caería a mil 171 millones de toneladas en 2009 y se recuperaría levemente a mil 255 millones de toneladas en 2010, porque la demanda en Asia se reduciría con fuerza por primera vez desde la crisis asiática de 1997.