El cardenal Norberto Rivera convoca al perdón y la compasión
El prelado critica la música estridente y las motocicletas escandalosas
Cuestiona que se presente a Jesús como guerrillero, metralleta en mano
Lunes 16 de febrero de 2009, p. 36
En protesta por los abusos de sacerdotes católicos pederastas, encubiertos por obispos, y en defensa del Estado laico, una docena de manifestantes encabezados por la activista Julia Klug Archila se apostó frente a la Catedral Metropolitana, donde exigieron frenar la impunidad con que, señalaron, han actuando los religiosos, en complicidad también con las autoridades civiles.
La manifestante, quien enfrenta desde 2007 un juicio por discriminación
interpuesto por la Arquidiócesis de México, arribó junto con una docena de personas hasta la acera de la Catedral con varias pancartas en contra de clérigos pederastas, y enarbolando, en otras, leyendas e imagen del presidente Benito Juárez.
Julia Klung, quien cuando era menor fue abusada sexualmente por un sacerdote, aclaró que la manifestación no es contra la feligresía católica, sino contra la corrupción, hipocresía y doble moral de sacerdotes, religiosos y jerarquía, que por una parte condenan la práctica del aborto y por otra solapan y encubren actos criminales, como la violación de niños y adolescentes.
De manera especial, citó las recientes declaraciones del arzobispo electo de Puebla, Víctor Sánchez, quien reconoció que en sus cinco años de obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México en la séptima vicaría –Iztapalapa, Iztacalco y parte de Tláhuac– conoció de al menos cinco casos de sacerdotes pederastas.
En toda la arquidiócesis se tiene el registro de cuando menos una veintena de casos en años recientes, afirmó.
Durante el acto, que duró poco más de una hora, los manifestantes debieron enfrentar múltiples increpaciones de católicos que pasaban por el lugar o salían de la Catedral, sin consecuencias mayores.
En tanto, dento del recinto, el cardenal Norberto Rivera Carrera ofició su acostumbrada misa dominical de mediodía, en la cual afirmó que el perdón y la compasión son valores indispensables para rehacer el tejido social dañado por la violencia.
Agresividad y terrorismo
En la celebración de la jornada mundial de la infancia y la adolescencia misionera, el prelado destacó que la cultura actual tiene en la dureza su principal común denominador, que se expresa en la violencia creciente, la agresividad y el terrorismo.
Por ejemplo, en la cultura se manifiesta mediante la música estridente y chillona, el punk y el hard rock, así como la cadena y la motocicleta con el escape abierto, agregó.
Añadió que en la propia Iglesia ha sido aplaudida una interpretación violenta del Evangelio, que llega a presentar a Jesús como guerrillero, metralleta en mano y gesto duro; se muestra un Jesús que no existe en el Evangelio
.
El cardenal dijo los feligreses que en la actual civilización, dura, impersonal, fría y violenta, no es fácil aceptar la compasión, la misericordia y el perdón como valores humanos y cristianos, y lamentó que con frecuencia estas actitudes y sentimientos sean considerados signos de debilidad.