La geopiratería, estrategia del Pentágono: el caso de Oaxaca
En octubre de 2008, documentamos un proyecto de investigación que evidentemente hacía inteligencia militar para el Pentágono (ver “Los geógrafos, el ejército estadunidense y el Procede”, Ojarasca 138), en comunidades indígenas mexicanas a las que se les aplicaban talleres de saberes locales convertidos en mapas estratégicos. Ahora presentamos esta denuncia concreta de las comunidades de la Sierra Juárez de Oaxaca, donde dicho proyecto ha venido operando.
Muchacha kichwa en Sarayaku, Ecuador. Foto: Kayara Szymczak |
A fines de 2008 se entregaron en forma de mapas los resultados de una investigación llamada México Indígena a dos comunidades zapotecas de la Sierra Juárez , que inició dos años antes un equipo de geógrafos de la Universidad de Kansas. Lo que parecía un proyecto en beneficio de las comunidades, dejó a muchos participantes con la sensación de haber sido víctimas de un acto de geopiratería.
En agosto de 2006 el equipo del proyecto México Indígena, se presentó a la oficina de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez , Oaxaca (Unosjo), a presentar los objetivos de su investigación y pedir apoyo para realizar su trabajo en la región. En el equipo estaba en ese entonces el biólogo Gustavo Ramírez, conocido en la zona como originario de Ixtlán y responsable del acercamiento con nuestra organización.
Aunque el geógrafo Peter Herlihy, responsable del proyecto, nos explicó los objetivos relacionándolo principalmente con el impacto del Procede en las comunidades indígenas, nunca mencionó que la investigación estaba financiada por la Oficina de Estudios Militares Foráneos (Foreign Military Studies Office, fmso por sus siglas en inglés), del ejército estadunidense y que le entregaría reportes de su trabajo a esa oficina —pese a que se le preguntó expresamente cuáles serían los usos que se daría a la información obtenida.
Herlihy mencionó que colaborarían con su equipo la American Geographical Society ( ags ), las universidades de Kansas y Estatal de Kansas, Carleton y Autónoma de San Luis Potosí, y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, omitiendo también la participación de la empresa armamentista y de inteligencia militar Radiance Technologies.
Aunque Unosjo participó en algunas actividades iniciales del proyecto México Indígena, al poco tiempo dejó de participar por considerar que no eran claras sus intensiones. La investigación también causó desconfianza en las comunidades de Santa Cruz Yagavila y Santa María Zoogochi, que también abandonaron el proyecto, por lo que el equipo de México Indígena centró sus actividades en San Miguel Tiltepec y San Juan Yagila, ubicadas en la región zapoteca conocida como El Rincón de la Sierra Juárez.
En noviembre de 2008 en una reunión de la Unión de Comunidades Cafetaleras Unidad Progreso y Trabajo ( ucc ), realizada en la comunidad de Santa Cruz Yagavila, se presentaron Peter Herlihy y John Kelly, de México Indígena, para anunciar que habían terminado los mapas de las comunidades de Yagila y Tiltepec e invitar a otras comunidades a que realizaran trabajos similares, mencionando que este trabajo se había hecho con la colaboración de Aldo González de Unosjo, lo cual fue desmentido en esa misma reunión.
Tras la reunión de la ucc , Unosjo inició una investigación para saber que había tras del proyecto México Indígena, y nos enteramos que es parte de una investigación geográfica mayor, las llamadas Expediciones Bowman, auspiciadas y financiadas por la fmso , entre otras instituciones. La fmso proporciona información a una base de datos mundial que es parte integral del Sistema del Terreno Humano (Human Terrain System, hts ), estrategia de contrainsurgencia del ejército estadunidense que se aplica a pueblos indígenas entre otros y diseñada por la fmso .
Los países donde se ha utilizado el hts desde 2006 con fines militares son Afganistán e Irak, y hasta donde hemos podido averiguar se están haciendo Expediciones Bowman en México, Las Antillas, Colombia y Jordania.
El proyecto México Indígena terminó los mapas de las comunidades zapotecas de San Miguel Tiltepec y San Juan Yagila en noviembre de 2008. Contrario a la tan mencionada transparencia de que presume el Proyecto, el único idioma que se utiliza en su página web es el inglés, que no es comprendido por las comunidades participantes. Antes de entregar los mapas a las comunidades, éstos se habían publicado en el Internet y nunca se informó a las comunidades que se entregarían reportes a la fmso .
El Proyecto construyó una base de datos donde están los nombres de los comuneros, asociados a la localización geográfica de su o sus parcelas, el tipo de uso que se da a la tierra formal o informalmente y otros datos a los que no se puede acceder por el Internet.
Según lo dicho por los responsables del Proyecto, son múltiples los usos que se pueden dar a estos mapas (sin especificar si son comerciales, militares u otros). Los mapas pueden montarse sobre el programa Google Earth y prácticamente cualquiera puede acceder a esta información aunque solo podrán decodificar la información que está plasmada en zapoteco (toponimias) los integrantes de la comunidad o quienes tengan la capacidad de traducirlos, como serían los especialistas en lingüística de la fmso .
La Unosjo está contra de que se sigan realizando este tipo de proyectos en la Sierra Juàrez , se deslinda completamente del trabajo del equipo de México Indígena, y hace un llamado a las comunidades indígenas del país y del mundo a no dejarse sorprender con este tipo de investigaciones que expropian los saberes tradicionales de las comunidades y pueblos, sin su consentimiento previo informado, ya que en el futuro pueden ser utilizados en su contra aunque los investigadores prometan que lo hacen de “buen corazón”.
Exigimos a Peter Herlihy, haga efectiva la transparencia que presume e informe al público mexicano de sus fuentes de financiamiento y todas las instituciones a las que entregó la información recabada en las comunidades.
Exigimos al gobierno mexicano que exprese su posición frente a estos hechos, en primer lugar a la Semarnat por haber financiado parte de esta investigación, así como a la Secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores, y los diputados y senadores, por las posibles violaciones a la soberanía nacional y la autonomía de los pueblos indígenas.