Adam Foulkes y Alan Smith, candidatos a mejor corto animado
Lunes 16 de febrero de 2009, p. a17
Cuando la elite de Hollywood se reúna en el teatro Kodak de Los Ángeles para celebrar otro año de logros relucientes en el cine, las esperanzas británicas de alcanzar la gloria del Óscar se centrarán en Kate Winslet, Stephen Daldry y Danny Boyle.
Sin embargo, más abajo en la lista de candidaturas, asomándose desde atrás de los voluminosos vestidos de las damas principales, estarán dos silenciosos animadores británicos que hicieron sus pininos en videos pop y comerciales y que ahora se encuentran frente a frente con el poderoso estudio Pixar de Disney por uno de esos premios, los más famosos de la industria fílmica.
Sentados a una mesa en la parte posterior del famoso auditorio estarán Adam Foulkes y Alan Smith, flanqueados por atractivas ocupantes de asientos, por si acaso reciben una llamada desde el escenario donde Hugh Jackson, la estrella de Los hombres X, animará el ostentoso festival anual.
Estos modestos chicos de trastienda de Shoreditch, en el este de Londres, que se conocieron en el Real Colegio de Arte, del cual se graduaron en 1996, están al borde de alcanzar fama internacional, pues están postulados al premio de la Academia en la categoría de cortometraje animado, ganada cuatro veces por el cartonista británico Nick Park.
Pero antes de que puedan comenzar a emular el logro de Park, su creación This Way Up (Este lado arriba), de ocho minutos de duración, debe combatir con Presto, de Pixar, ingenioso y divertido homenaje a los días gloriosos de los cartones de pastelazo, dibujado por Doug Sweetland, el veterano animador de Toy Story.
En contraste, los británicos, cuyo trabajo se ha presentado en Una serie de eventos infortunados, de Lemony Snicket, y Atrápenme si pueden, de Steven Spielberg, cuentan la historia de dos sepultureros que se esfuerzan por llevar el cuerpo de una anciana al lugar de su último reposo, soportando en el camino tropezones y rasguños
que amenazan con minar la dignidad de la difunta.
Es como el David y Goliat de la animación. Fundada en 1979 por George Lucas, creador de La guerra de las galaxias, Pixar fue adquirida por Steve Jobs, el fundador de Apple, quien la vendió a Disney por 7 mil 200 millones de dólares. Entre sus superéxitos están Ratatouille, Bichos y Buscando a Nemo.
Uso innovador de la tecnología
Entre tanto, Smith y Foulkes han taloneado en los estudios de la empresa de animación Nexus, con sede en Londres, la cual ha reunido un establo de directores reputados por el uso innovador de la tecnología. De tono varias veces más oscuro que el de Pixar, This Way Up ha acumulado una serie de prestigiosos premios en el mundo. Formó parte de la selección oficial del Festival Sundance, ganó el premio del público en el Festival de Animación de Ottawa, un premio de comedia en el Festival de Cortos Fílmicos de Londres, y fue nombrado el mejor del espectáculo en el influyente Siggraph de Asia. El premio a la mejor película infantil en el Festival Internacional de Cortos Fílmicos de Uppsala, en Suecia, cuya obtención parecía improbable, contribuyó a su calificación para los Óscares.
Nunca creímos que fuera una película para niños, pero gracias a ellos estamos en los Óscares
, comentó Alan Smith. Aunque también ganamos un premio en Palm Springs, donde todos son mayores de 85 años.
Gane o pierda el 22 de febrero, el dueto espera que la experiencia lo ayude a ascender a la animación en plena escala. “Vamos a aprovechar la oportunidad de estar en Los Ángeles para programar reuniones –dijo Smith–. Planeamos entrar en formatos mayores y estudiar algunos libretos. En realidad no esperamos ganar un Óscar; es más bien un poco de diversión.”
Tanto Foulkes como Smith se apresuran a rechazar las comparaciones con Aardman Animations, creadora de la serie Wallace and Gromit, de éxito fenomenal. No tenemos tantas gorras de tela
, bromeó Foulkes. Sin embargo, su trabajo conserva una peculiar calidad británica. This Way Up resiste la comparación favorable con The Plank, corto de comedia filmado en 1967, con Eric Sykes y Tommy Koper en los estelares, que relata la entrega de madera a una obra en construcción, aunque Foulkes y Smith no han visto esa cinta.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya