■ Cierran empresas, suben inflación y devaluación del rublo
En plena crisis, Rusia presta más dinero a las ex repúblicas soviéticas
Moscú, 11 de febrero. En lo que para muchos rusos resulta una insultante paradoja, mientras más se resienten en Rusia los efectos devastadores de la crisis financiera global, más dinero presta el Kremlin –en ocasiones a fondo perdido– a otros países, en primer término a los de su entorno, las repúblicas de la antigua Unión Soviética.
Despidos masivos, cierres de empresas, retraso en el pago de salarios, inflación, severa devaluación del rublo, pronósticos sombríos sobre la economía, déficit presupuestario que alcanzará hacia finales de año 10 por ciento del producto interno bruto y un largo etcétera de factores negativos perfilan hoy en Rusia un panorama muy distinto al periodo de bonanza, cuando los entonces desmesurados precios del petróleo y el gas natural llenaban las arcas del Estado.
En julio de 2008, tras alcanzar su máximo histórico, comenzó la contracción de los precios del principal –si no es que único– sostén de la economía de Rusia. Desde entonces son frecuentes las malas noticias. Este miércoles trajo dos:
El desempleo en Rusia se acerca a los 2 millones. Tan sólo la semana pasada, 90 mil personas perdieron el trabajo y el total de desempleados alcanzó un millón 700 mil. Además, cerca de mil empresas se ven obligadas a funcionar con jornada laboral reducida o dan a sus trabajadores vacaciones forzadas sin goce de sueldo. El número de estos “vacacionistas” se incrementó la última semana en 150 mil y ahora el total de personas en dicha situación supera las 821 mil.
Para evitar que el rublo se deprecie todavía más –de octubre para acá, la devaluación es del orden de casi 65 por ciento–, el Banco Central, en lo que va de año, ha subastado 40 mil millones de dólares de las reservas internacionales de Rusia frente a los 70 mil millones que vendió durante todo el año anterior. Al 30 de enero, podría argumentar un optimista, aún quedan 388 mil 100 millones de dólares.
En ese contexto, muchos no entienden aquí por qué el Kremlin reparte dinero a manos llenas entre reales y potenciales aliados.
Los créditos más recientes, todos calculados en dólares, otorgados por Rusia a otros países son: 5 mil millones a Bielorrusia; 2 mil millones a Kirguistán; y 500 millones a Armenia.
Aparte, el ministerio de Finanzas ruso está estudiando la petición de la premier Yulia Timoshenko, formulada en nombre del gobierno de Ucrania pero sin consultarlo con el presidente Viktor Yushenko –todo parece valer en año de elecciones presidenciales en el vecino país eslavo–, de otorgarle 5 mil millones de dólares para paliar su enorme déficit presupuestario.
Ajena a las componendas que hay detrás de cada crédito a otros Estados, la gente desconoce las condiciones políticas que fija Moscú para entregar el dinero.
Por lo mismo, no son pocos los rusos que creen que el Kremlin pretende consolidar el liderazgo regional de Rusia despilfarrando recursos que debería utilizar en medidas de emergencia para superar la grave crisis económica que afecta ya a vastos sectores de la población.