■ Químicos usados en la fabricación y no la madera, el origen, dice
Asegura experto conocer el secreto del singular sonido del Stradivarius
Dallas, Tx., 7 de febrero de 2009. Un profesor de química de la Universidad de Texas A&M asegura haber descifrado el código que develará el secreto del sonido que distingue a los violines fabricados por el carpintero italiano Antonio Stradivari.
Joseph Nagyvary, especialista en bioquímica, dice creer que los químicos utilizados en el proceso de manufactura, y no la madera, son los responsables del sorprendente y rico sonido de los violines Stradivarius.
“He tenido la idea de que las maderas utilizadas por Stradivari son preservadas debido a un tipo de protección en su primera capa”, dijo Nagyvary.
El científico dice que tras tres décadas de investigación halló pruebas de que en Italia, en el “periodo dorado” de la construcción de Stradivarius, entre los 1700 y 1720, una plaga de insectos afectó los árboles del área y fue la clave del éxito de Stradivari.
El fabricante de violines utilizo bórax con la intención de preservar los instrumentos contra los insectos, explicó Nagyvary. “No creo que él tuviera alguna idea de que esto tendría también efectos acústicos”, argumentó el experto.
El bórax es un componente mineral que actualmente se utiliza en la fabricación de detergentes y cosméticos, así como retardante de incendios, insecticida y antihongos. Nagyvary dijo que el bórax ha sido utilizado como insecticida y preservador de la madera desde los antiguos egipcios, quienes también lo usaron para momificar restos humanos.
A pesar de su legado como el mejor fabricante de violines en el mundo, Stradivari poseía una educación rudimentaria y no tenía entrenamiento científico.
Durante siglos, los fabricantes de violines han intentado sin éxito recrear el sonido de un Stradivarius, y el precio de algunos de los mil 200 violines que él fabricó llega a alcanzar hasta los 5 millones de dólares.
Nagyvary dijo que lo más difícil en su investigación ha sido ser autorizado a realizar pruebas en alguno de los Stradivarius que se preservan.
“No es fácil acercarse a un coleccionista con un cuchillo en la mano y solicitarle que le permita cortar un pedacito de su violín”, bromeó el científico.
Señaló que ha podido realizar pruebas en delgadas capas tomadas de un Stradivarius en reparación.
Diversas teorías han surgido sobre el origen del sonido de los violines de Stradivari, incluyendo una que asegura que el carpintero utilizó maderas recogidas de viejas catedrales, y otra de que cambios climáticos en Italia generaron impactos genéticos en los árboles. Hasta hora se ha demostrado que todas esas teorías son falsas.
Los resultados de la investigación de Nagyvary fueron publicados en la edición de enero de la revista Public Library of Science.