■ Ecuador condicionará el aterrizaje de aviones guardacostas de Estados Unidos, anuncia
Expulsa el presidente Rafael Correa a un funcionario de la embajada de EU en Quito
■ Pretendió limitar la donación de dinero y equipos de seguridad a designación de jefes policiales
Quito, 7 de febrero. El presidente ecuatoriano Rafael Correa ordenó hoy la expulsión de un funcionario de la embajada de Estados Unidos que pretendió condicionar la donación de dinero y equipos policiales a la designación directa de los jefes ecuatorianos de los cuerpos de seguridad.
Correa despreció la trascendencia de los 340 mil dólares destinados a los programas anuales anticontrabando, así como 160 mil dólares para combatir el tráfico de personas, y propuso en contrapartida otorgar a Washington una donación “para evitar la tortura en Estados Unidos”.
Anunció además que en lo sucesivo Quito limitará el aterrizaje de aeronaves guardacostas estadunidenses con la condición de que “nosotros tendremos que calificar a los pilotos de esos aviones, para que no se nos metan delincuentes en el país”.
Correa se refirió a ese riesgo en alusión a la denuncia hecha por el propio mandatario el año pasado, en el sentido de que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) infiltró a los cuerpos de seguridad ecuatorianos, con base en la “dependencia económica informal con Estados Unidos, para el pago de informantes, capacitación, equipamiento y operaciones”.
El plan para autorizar el aterrizaje de naves guardacostas es parte de una petición del gobierno estadunidense con miras al cierre de la base militar aérea de Manta, un aeropuerto originalmente de carácter civil que Quito rentó a Washington en 1989, con plazos renovables de 10 años y cuya vigencia concluye en noviembre de este año.
El mandatario leyó en su programa semanal de radio y televisión una carta escrita por el ahora expulsado diplomático estadunidense Armando Astorga, en la que el gobierno de Estados Unidos informó el retiro del financiamiento de 340 mil dólares a los cuerpos de seguridad ecuatorianos y la suspensión de otros 160 mil para el combate al tráfico de personas.
Explicó que la unidad de operaciones anticontrabando recibía financiamiento de Estados Unidos, pero los funcionarios de ese país “calificaban al personal” y al comandante, razón por la cual Correa ordenó al funcionario policial ecuatoriano que terminara “con eso”, lo que produjo la interrupción del apoyo estadunidense.
Astorga fungía como agregado de asuntos migratorios, de seguridad y aduana en la representación estadunidense, y según la descripción de hechos presentada por el presidente Correa pretendía “someter a la policía ecuatoriana”.
“Que coja su maleta y se largue del país. ¡Aquí no vamos a aceptar que nadie nos trate como una colonia!”, dijo el mandatario. “Señor Astorga: quédese con su sucio dinero, no lo necesitamos, aquí hay dignidad. Devuélvanle hasta el último borrador, mañana mismo, que se queden con sus cosas. Ecuador no necesita la caridad de nadie”.
Después del anuncio de la expulsión, la misión diplomática estadunidense informó que Astorga se fue de Ecuador a principios de enero, como parte del proceso de rotación del personal diplomático.
La embajadora Heather Hodges espera tratar estos temas con el gobierno ecuatoriano la próxima semana, pero “de entrada valora la cooperación bilateral”, según informó una portavoz oficial de la legación en Quito.