■ Los efectivos han probado su fidelidad a la patria, destacan
Preparan nueva generación de militares que se infiltrarán en el narco
El Ejército Mexicano reforzará este año un plan de adiestramiento para capacitar a “efectivos especiales” que se puedan infiltrar en los cárteles de la droga con el propósito de acotar las labores delictivas del narcotráfico, revelaron fuentes gubernamentales.
La estrategia implica la aplicación de cursos intensivos de supervivencia bajo “circunstancias de presión” y de “reacción inmediata” ante la posibilidad de ser descubiertos, aunque las fuentes consultadas no precisaron en qué consisten los ejercicios de preparación realizados por grupos especiales de inteligencia militar.
Los efectivos militares han sido minuciosamente seleccionados “por su gran capacidad para superar tareas complicadas, por su alto rendimiento físico y mental, así como por su probada disciplina y fidelidad a la patria”. Todos pertenecen al Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes).
Entre los objetivos que perseguirán estos efectivos militares destaca descifrar la estructura de las organizaciones criminales mexicanas, ubicar sus casas de seguridad, descubrir sus rutas de operación y trasiego nacional, así como su poder de fuego, su alcance internacional y las conexiones que tienen con agrupaciones delictivas de otros países.
No es la primera vez que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) prepara y utiliza efectivos militares infiltrados en el narcotráfico.
La captura de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, efectuada el 21 de enero de 2008, se logró gracias a un militar que convivió varios meses con el capo de la droga.
Las pesquisas abiertas en el contexto de la llamada Operación Limpieza, asentadas en la averiguación previa SIEDO-/UETMIO/6668/2008, revelan que El Mochomo fue detenido gracias a labores de inteligencia de la Sedena.
El día en que Alfredo Beltrán Leyva fue capturado por las autoridades traía en un bolsillo de su pantalón un informe oficial de notificación de la Sedena dirigido a un alto ex funcionario de la fiscalía antinarcóticos de la Procuraduría General de la República.
En el documento se hacía de su conocimiento que militares del grupo Gafes realizaban una investigación en varias casas ubicadas en la norteña ciudad de Culiacán, Sinaloa, para dar con el paradero de Alfredo Beltrán.
Durante varios meses el capo de la droga nunca se percató de un detalle: tenía entre sus hombres de confianza a un militar infiltrado. Fue un elemento en activo de los Gafes el que arriesgó la vida para ganarse la confianza de Alfredo Beltrán. El infiltrado se comunicó la noche del 20 de enero con sus superiores en la Sedena para señalar el lugar en el que pernoctaría El Mochomo. Así se logró la captura del narcotaficante.
En mayo de 2007, otro incidente que llamó la atención fue la muerte de dos marinos en Acapulco, Guerrero. Fallecieron al volcar su vehículo, luego que desconocidos dispararon contra los neumáticos de la unidad. La Procuraduría de Justicia de Guerrero informó entonces que dos agentes de inteligencia de la Secretaría de Marina, Jesús Méndez Romero y Armando Ixtla López, fallecieron cuando volcó el vehículo en el que viajaban, esto después de que sujetos dispararon a las llantas desde otro auto en movimiento.
Aunque oficialmente no se reconoció que la muerte obedeciera a un ajuste de cuentas de grupos ligados al crimen organizado, trascendió que ambos marinos estaban infiltrados en el narcotráfico, pero fueron descubiertos.