■ Dirán que mi papel en Che, el argentino es una basura; yo hice mi parte, dijo en entrevista
“Desayuné, comí y cené Fidel por cinco meses”: Demián Bichir
■ El actor accedió a pietaje inédito de la época, habló con gente cercana a Guevara y contó con entrenadores para lograr el fraseo del comandante Castro
■ Mañana se estrena en cines del país
Ampliar la imagen La base principal para empaparme fue el libro de Ignacio Ramonet, Fidel Castro: biografía a dos voces, contó el actor, en la imagen, junto al protagonista Benicio del Toro en un fotograma de la cinta
Campeche, Cam., 15 de enero. “El riesgo de interpretar al comandante Fidel Castro fue la polémica que todos sabíamos que iba a causar”, confesó en esta ciudad Demián Bichir, durante la presentación de la película Che, el argentino, cinta que coprotagoniza junto con el puertorriqueño Benicio del Toro y que dirige Steven Soderbergh.
“Es un personaje del cual se habla desde hace 50 años. Cuando me involucré en este trabajo, sabía que, como toda manifestación artística, a algunos les gustaría mucho y a otros no tanto; algunos dirán que es genial y otros que es una basura; me quedó cubrir mi parte e hice mi trabajo de forma profesional.”
Dio un ciclo más a la rueca, y agregó: “Tuve la fortuna de que cuando me avisaron faltaban cinco meses para iniciar, tiempo en el cual desayuné, comí y cené Fidel; además tuve acceso a mucho pietaje de la época que no se conoce, del archivo del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica. En La Habana tuve contacto con gente que luchó con Castro y acceso a grabaciones; platiqué con Aleida, la viuda del Che, y con Camilo, su hijo; pero la base principal para empaparme fue el libro de Ignacio Ramonet, Fidel Castro: biografía a dos voces, entrevista con datos del comandante desde su nacimiento y hasta hace dos años.
El tercer ciclo que dio Demián a la charla continuó en la misma franja discursiva: “Además hubo un montón de cosas, como la tesitura de voz, porque él no habla como la mayoría de los cubanos, ya que es de oriente, además de ser abogado. Castro siempre se caracterizó por su forma de hablar; frasea muy bien y no olvida pronunciar la ese.
Retos de interpretar a Fidel
“Teníamos tres entrenadores de voz y acento, todos cubanos, así como dos asesores que estuvieron con Castro en Sierra Maestra… tener más autoridad que eso estaría cabrón; así que cuando ellos consideraban que estaba bien y nos ponían palomita seguíamos adelante.”
Cambió un poco la aceleración en la cuarta vuelta, y dijo: “No sé si todo este trabajo cambió mi idea del Comandante; lo que sí sé es que a los mexicanos y los que crecimos en el teatro simpatizando con la izquierda nos sirvió para reafirmar lo que tenía que ver con lo que pasó tras el triunfo de la Revolución, el aparato propagandístico que se echó a andar para marginar a la isla y detalles muy particulares de cómo Fidel veía la vida en Sierra Maestra, o cosas como cuando, gracias a que un militar lo reconoce, lo lleva a otra prisión y le salva el pellejo…”
Hizo retroceder un poco el ciclo de la charla para agregar sobre su caracterización: “Tengo la barba más tupida que Fidel, la tuve que ir formando con el tiempo; antes de meterle tijera mandé preguntarle a Soderbergh si me permitía meterle mano a la barba; contestó que no, que en el departamento de maquillaje y caracterización había ganadores del Óscar y que ellos se encargarían. Pero estudias tanto un personaje que llegas a conocerlo mejor que a ti mismo. Insistí, pedí que por piedad me diera chance de recortar la barba, y creo que esa insistencia le gustó, porque finalmente dijo que sí. Durante 15 días la cortaba minuciosamente, porque si le daba en la madre no crecería de un día para otro”.
Luego, en un mismo ciclo se refirió a la figura de Castro y opinó sobre el abandono del poder del comandante: “Creo que aún lo ejerce desde un lugar de Cuba; La Jornada publica algunos de sus artículos. Sabe que durante este tiempo ha sido la imagen paternal de un pueblo al que le ha costado subsistir y que al momento de que comenzó a deteriorarse no era muy bueno tenerla tan presente… creo que por esta voluntad de no perder quiere que se le recuerde como a un hombre fuerte”.
En la penúltima vuelta a la conversación Demián opinó sobre la comparación con el actor Robert de Niro: “Por fortuna eso de lo publicó un crítico de The New York Observer, porque si lo hubiera dicho mi mamá ya me hubieran crucificado… creo que esa declaración se refería a que comparaban el trabajo que De Niro hizo en El padrino II, como Don Corleone, con el que hago del comandante Fidel Castro; pero sí me hace sentir chido”.
Desde Puerto Rico
Poco después de concluir la charla Demián, en rueda de prensa con los medios locales y nacionales, leyó un mensaje de Benicio del Toro: “Por cuestiones que no sabemos la película Che, el argentino se distribuirá de manera diferente en Estados Unidos, México y Puerto Rico, donde me encuentro promocionándola, porque acá está la familia; si no hubiera venido no me lo hubieran perdonado nunca, pero le mando a todo el pueblo campechano, del cual guardo un gran recuerdo, un fuerte abrazo”.
Che, el argentino se estrena mañana en 250 pantallas comerciales de México.