■ Choque de pájaros con la nave, hipótesis de la causa del accidente
Milagro en el Hudson: desciende avión en el río; no hay víctimas
■ Elogian maniobra del piloto; los pasajeros lograron mantener la calma
Ampliar la imagen El Airbus 320 de la compañía US Airways, que transportaba más de 100 personas, en el río Hudson Foto: Ap
Nueva York, 15 de enero. Un avión comercial con 150 pasajeros, dos pilotos y tres sobrecargos a bordo, logró aterrizar de emergencia sobre el río Hudson, frente al centro de esta ciudad, sin que se produjeran víctimas, lo que fue calificado por el alcalde neoyorquino de “milagro” en el Hudson.
“Todo se debe a los pilotos, fue un aterrizaje tremendo”, dijo un pasajero que estaba en el asiento 22A, y quien junto con los demás salió sobre las alas del jet Airbus A320, que flotaba sobre el río, de donde fueron rescatados casi de inmediato por taxis acuáticos, ferrys comerciales de turismo y transporte, bomberos y policías.
Todo empezó cuando el vuelo 1549 de la línea US Airways despegó del aeropuerto La Guardia de esta ciudad rumbo a Charlotte, Carolina del Norte, a eso de las 15:36 locales. Menos de cinco minutos después, y a una distancia de sólo 10 a 12 kilómetros, el vuelo descendió sobre el Hudson, que corre al lado de la isla de Manhattan, entre Nueva York y Nueva Jersey.
Maestría
Poco después, casi lo primero que anunciaron las autoridades locales, estatales y federales es que se descartaba que el accidente fuera resultado de algún atentado terrorista, mientras se desplegaban equipos de emergencia de todo tipo. La primera noticia de la causa del accidente, aún no confirmada por los investigadores aéreos federales que acudieron a la escena, fue que el piloto comunicó a la torre de control de La Guardia que se habían estrellado pájaros en los motores, y que deseaba retornar al aeropuerto.
Aparentemente, ambos motores fueron afectados y el avión se quedó sin propulsión. El piloto optó por hacer una maniobra para un aterrizaje de emergencia de impacto controlado al descender sobre el río, dar la vuelta sobre el puente George Washington y finalmente bajar a la altura de la Calle 50 de Manhattan.
Unos pasajeros declararon que poco después de despegar se oyó primero un golpe y ruidos, y uno vio que salían llamas de uno de los motores, que despedía olor a quemado. El piloto anunció que se prepararan para un “aterrizaje duro”, y un pasajero comentó: algunos “nos pusimos a rezar”.
El avión, según testigos, bajó de manera muy controlada y se deslizó sobre el agua, en lo que muchos han calificado de maniobra “de maestría” del piloto. Segundos después, con el avión flotando, se abrieron las puertas de la cabina y los pasajeros salieron por las alas de la aeronave, donde ya era esperados lanchas y otras naves para rescatarlos. Nadie cayó a las heladas aguas del río.
El agua empezó a entrar al avión, pero la mayoría no se mojó. Eso ayudó, ya que hoy fue uno de los días más fríos que se hayan registrado en este invierno, pues con la temperatura de las aguas, del río de poco más de cero grados en el momento del impacto, y del aire, de 6 grados bajo cero (con el viento, se sentía a menos 10).
Hasta el momento no se ha informado de ninguna herida severa ni de pacientes en condición grave o en riesgo de muerte, aunque varios sufrieron hipotermia, por lo que fueron transportados a tres o cuatro hospitales, algunos del lado de Nueva York, otros en Nueva Jersey.
El avión se mantuvo a flote aunque las corrientes lo llevaron parcialmente a la isla, mientras las naves de rescate y de turismo que acudieron por los pasajeros lo acompañaban. Esta noche había sido arrastrado por las corrientes unas 60 cuadras, hasta que fue atado cerca de la punta sur de Manhattan, frente al puerto de Nueva York.
El gobernador neoyorquino David Patterson declaró que “una tragedia potencial se convirtió en un día de un rescate espectacular”.
Todos se prestaron a elogiar al piloto y su equipo como “héroes” (aunque aún se está en espera de las conclusiones preliminares de los investigadores federales de la Junta Nacional de Seguridad de Transporte). Pero la calma que prevaleció en el avión, las acciones de los sobrecargos y la maniobra de los pilotos, junto con la reacción rápida del rescate por naves de la flota Circle Line de turismo y del servicio ferry de NY Waterways, bomberos y policías, todo acabó en un milagro.
Resulta que no son nada extraordinarios los incidentes entre aviones y pájaros, pues cada año ocurren miles de esos casos.
Pero a la vez este incidente demuestra que a pesar de la competencia entre el hombre y las aves para conquistar los cielos, los pájaros aún pueden ser más poderosos que los grandes aviones, inspirados en ellos.