■ Demandan comunicadores evangélicos frenar decomisos de equipos de transmisión
No hay problema con las iglesias, sino con la radiodifusión ilegal: Gobernación
Al reunirse con un grupo de comunicadores y ministros de culto de iglesias evangélicas que poseen radios comunitarias que operan de manera “clandestina”, el director general de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), Álvaro Luis Lozano González, aseguró que el problema que enfrenta el gobierno federal no es contra las iglesias, sino para evitar la radiodifusión ilegal.
En el encuentro, celebrado el pasado viernes en la ciudad de México, los dirigentes evangélicos, agrupados en la recién creada Comisión Cristiana de Radio y Televisión de Chiapas, insistieron en la necesidad de encontrar mecanismos legales que les permitan operar más de cien estaciones radiales, situadas en su mayoría en zonas indígenas del país.
En respuesta, el director de RTC se comprometió a buscar mecanismos que puedan generar acuerdos, pero apegados al marco legal. Sin embargo, según versión de los quejosos, reconoció que desde hace tiempo se ha detenido por motivos políticos el flujo “normal” de permisos y concesiones de frecuencias de radio, y aceptó que en todo caso los candados legales que impiden actualmente que iglesias o ministros de culto manejen medios de información debieran discutirse.
Óscar Moha, representante en México de la organización Voz de los Mártires, presente en la reunión, dijo que el grupo evangélico dejó en claro que la intención de las estaciones de radio que han sido instaladas por ellos no promueven beneficios particulares, ni apoyos a partidos políticos, sino beneficios comunitarios y el fomento de valores en beneficio de la sociedad. Una de estas acciones, explicó, es la difusión y apoyo a las campañas de salud, de protección civil y de seguridad.
Informó que también estuvieron presentes en la reunión el director general de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Salvador Beltrán del Río, y el subsecretario del mismo ramo en el gobierno de Chiapas, Enrique Ramírez Coronado. A ellos, el grupo de evangélicos señaló que los operativos que han llevado a cabo la Agencia Federal de Investigación (AFI) y personal de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) en las últimas semanas han dado como resultado varias marchas de miles de cristianos, como reacción de protesta, por lo que pidió a la Secretaría de Gobernación la instalación de una mesa de diálogo, a fin de detener la incautación de los equipos de radiotransmisión.
Incluso se puso de manifiesto que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tiene frecuencias que operan desde 1994 en zonas indígenas, mediante las cuales se fomenta la desobediencia civil, sin que las autoridades hayan actuado en consecuencia hasta el momento.
Plantearon la necesidad de llevar a cabo cambios no sólo a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, para que las iglesias y los ministros de culto puedan ser propietarios de medios de comunicación –en lo que coinciden algunos jerarcas de la Iglesia católica–, sino también a aquellas que tienen que ver con los derechos indígenas y las garantías individuales.
Por otra parte, los pastores evangélicos reconocieron la labor de la actual administración para evitar y sancionar los casos de intolerancia religiosa, así como los acuerdos que se han firmado recientemente, sobre todo en Chiapas, donde los usos y costumbres todavía están por encima de la libertad de culto que consagra la Constitución.
En tanto, Salvador Beltrán del Río ofreció buscar espacios en el terreno legislativo y organizar un encuentro plural con legisladores de todos los partidos políticos para que sean los diputados y senadores quienes modifiquen las leyes y permitan que los medios electrónicos puedan difundir sin restricciones programa de contenido religioso en México, según informó Óscar Moha.
Dijo que actualmente existen al menos 100 estaciones de radio comunitarias en todo el país, que difunden información bíblica en frecuencia modulada, cuyos operadores son cristianos evangélicos, principalmente en zonas indígenas.