Usted está aquí: lunes 5 de enero de 2009 Sociedad y Justicia Sacar a golpeadores que operan en la JLCA, solicitan al GDF

■ Dirigentes sindicales afirman que han agredido a trabajadores

Sacar a golpeadores que operan en la JLCA, solicitan al GDF

■ Abogados o patrones los contratan para “reventar recuentos”, dicen

Patricia Muñoz Ríos

La Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) está infiltrada por una “mafia de golpeadores en la que se apoyan algunos abogados o patrones que les pagan sus servicios cuando quieren reventar recuentos en sindicatos, votaciones o audiencias, cobran por intimidar y golpear trabajadores o amenazar a representantes legales de diversos gremios”.

Se contratan subrepticiamente según el servicio que se les pida. Están armados y se introducen diariamente a la junta local como “en su casa” en busca de clientes: todo el personal los conoce y no se les impide la entrada.

Se trata de una veintena de personas, de mediana edad, quienes diariamente se ubican en la parte de atrás de la junta, su centro de operaciones son dos camionetas negras que se estacionan durante todo el día en las inmediaciones del lugar y, al parecer, están controlados por un líder al que todos lo ubican y nadie sabe su nombre.

No, no traen lentes negros, ni están de traje oscuro, pero los abogados que regularmente concurren a la junta los ubican, sus servicios son un “secreto a voces”, lo cual dio a conocer el abogado laborista Arturo Alcalde Justiniani, quien sacó a la luz la existencia de esta “mafia”, sus prácticas e incluso denunció que en las últimas semanas del año 2008 habían actuado contra una abogada a la cual intimidaron e incluso sacaron a empujones de la junta.

Los representantes sindicales ante las juntas especiales de la JLCA ya le pidieron al presidente de la misma, Jesús Campos Linas, tomar medidas para desaparecer estas prácticas y frenar la actuación de los golpeadores en esta instancia laboral; sin embargo, la respuesta ha sido que “no hay presupuesto para poner detectores de metal y así evitar que entre gente armada a esta instancia”; tampoco lo hay para establecer mecanismos para pedir identificaciones a quienes ahí acuden diariamente, según señaló Benito Bahena, dirigente de la Alianza de Tranviarios de México.

El líder, que forma parte de la representación sindical, sostuvo que en esta “mafia” se apoyan los abogados de las empresas, ya que recurren a ellos cuando quieren hacer que cambie algún recuento, cuando se quiere intimidar a los trabajadores para que no dejen su sindicato charro o bien si se trata de reprimir dirigentes que buscan la representatividad de un contrato colectivo de trabajo.

Son golpeadores, llegan a reventar audiencias, intimidan no sólo a los trabajadores y sus representantes, sino también a los funcionarios de la misma junta y su finalidad es cumplir las órdenes de quienes los contratan.

Desde una ventana de las oficinas dela junta se puede observar dónde están ubicados y las actividades que realizan. Están siempre a la espera de clientes e incluso a la entrada de estas instancias hay gente ofreciendo dichos servicios, sin ser molestados. Por ello, en las reuniones plenarias de los representantes empresariales y sindicales, se ha pedido ya la intervención de las autoridades, sin embargo, desgraciadamente no se ha tenido una resolución al respecto.

Y es que cada junta especial tiene una representación tripartida, compuesta por representantes de las empresas, de los trabajadores y oficiales, así como un presidente de la misma; todos ellos se encargan de firmar los laudos, las sentencias y las decisiones que toman las autoridades laborales.

Según Bahena Lomé, la exigencia de que no se les deje operar radica tanto por la “labor negra” que llevan a cabo contra la democratización sindical y la lucha por el respeto a los derechos de los trabajadores, como por el hecho de que se corre un gran peligro en las juntas con la operación de estas personas.

Además, ello se presta a que haya corrupción en el litigio de los asuntos laborales del país, y son prácticas del pasado que subsisten y que desgraciadamente no debería haber, ya que es otra ramificación de la delincuencia organizada, indicó el dirigente.

En 2007, a las afueras de la JLCA mataron al hermano de un abogado; se han dado inmunerables casos de trabajadores golpeados en las inmediaciones de la misma e incluso algunos dentro del recinto, quienes son sacados con lujo de violencia. De ahí que sea urgente que el Gobierno del Distrito Federal (GDF) tome cartas en el asunto porque “se puede crear una verdadera tragedia”, indicó el líder de los tranviarios.

Con información de la redacción

 
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