■ En pastoral castrense “casi todo está por hacerse”, dice Víctor René Rodríguez Gómez
Apremia obispo a evangelizar a militares; rechaza que pretenda hacer proselitismo
■ Según el prelado, en los mandos actuales hay “mayor sensibilidad” hacia la dignidad humana
Ampliar la imagen El cardenal Norberto Rivera, ayer en la Catedral Metropolitana Foto: Víctor Camacho
La Iglesia católica apremió a evangelizar a las fuerzas armadas, más aún en este momento en que se encuentra en una “lucha frontal” contra el narcotráfico y el crimen organizado, y que ha planteado una situación difícil para la vida personas y familiar de los militares.
Víctor René Rodríguez Gómez, obispo auxiliar de Texcoco y responsable de la dimensión fuerzas armadas de la comisión de solidaridad intraeclesial de la Conferencia del Episcopado Mexicano, reconoció que en materia de pastoral castrense “casi todo está por hacerse”, pues la mayoría de los esfuerzos actuales son aislados y en su mayoría con poca consistencia, debido a que no son institucionales. “Cuando se va haciendo un camino en determinado lugar se dan cambios en los jefes militares y de nuevo hay que empezar; además de que también se dan cambios en los sacerdotes diocesanos y con los militares pasa lo mismo”.
Sin embargo, el prelado sostuvo que una cosa que sí ha quedado clara es que en los mandos militares actuales hay “mayor sensibilidad” hacia la dignidad de las personas y las necesidades de las familias, “por lo que poco a poco muchas puertas se van abriendo”.
A través del semanario de la Arquidiócesis Primada de México, el obispo Rodríguez reconoce incluso que en el derecho humanitario del militar se abren cada día nuevos espacios. Además, por parte de la Iglesia, también hay un interés creciente en la pastoral misionera para evangelizar a todos los bautizados, incluyendo, desde luego, a los integrantes de la fuerzas armadas.
Aclaró que la Iglesia católica no pretende hacer proselitismo entre los miembros del Ejército, sino “sólo atender como corresponde a los bautizados que se encuentran en una situación específica y con un estilo de vida particular, exigido por la razón de su oficio.
En este sentido, precisó que la pastoral castrense no busca hacer del Ejército un grupo de fieles, sino de responder a los militares que ha profesan una religión.
“El marco legal en que nos desenvolvemos es el que corresponde a un Ejército propio de un Estado laico, por lo que sabemos que cada uno de los militares, como mexicano, es libre de profesar la religión o creencia que más le convenga, pero los ministros de culto no pueden formar parte del Ejército ni los militares pueden ejercer como ministros de culto”, indicó el obispo.
En sus declaraciones, reconoce que la situación histórica ha marcado una separación institucional entre la Iglesia y el Ejército, aunque la mayoría de los militares provienen de una familia que los educaron en el catolicismo y como la mayoría de los mexicanos, práctica su fe en el ámbito personal, más aún interior, sin que esto signifique un conflicto personal o institucional.
Rodríguez Gómez advirtió también que la “lucha frontal” contra el crimen organizado ha planteado una situación difícil para la vida personal y familiar de los militares; crea condiciones de ansiedad y multiplica el estrés; en realidad se trata de una situación de combate, donde la vida misma está en constante peligro.