■ Las autoridades acusan a la televisora de incitación a la violencia en Venezuela
Teme Globovisión que “en el momento menos esperado” su señal salga del aire 72 horas
Caracas, 4 de diciembre. La televisora venezolana Globovisión manifestó hoy su temor de que “en el momento menos esperado” sus transmisiones salgan del aire por 72 horas, por haber incurrido de acuerdo con la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) en “incitación a la violencia” durante el proceso electoral del mes pasado.
Juan Beaumont, coordinador de información de la cadena los fines de semana, señaló que la Conatel está retrasando a propósito la fecha en que el canal saldrá del aire con el objetivo de “crear tensión” entre sus trabajadores.
La semana pasada, el organismo gubernamental comenzó dos investigaciones administrativas contra Globovisión, por faltas a la ley electoral e incitación a la violencia, lo cual podría causar el cierre definitivo de la televisora.
Elda Rodríguez, directora de la Conatel, notificó el pasado 27 de noviembre a Globovisión que se le iniciaría una investigación por haber infringido la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, específicamente la parte que prohíbe los mensajes que “promuevan, hagan apología o inciten” a alterar el orden público.
Rodríguez indicó que Globovisión violó la ley al reproducir una declaración del candidato opositor a la gubernatura de la provincia de Carabobo, Henrique Salas Feo, quien el 24 de noviembre llamó a sus simpatizantes a “apersonarse” ante el Consejo Nacional Electoral para exigir los resultados de los comicios.
Ésta es la segunda acusación que debe enfrentar el canal privado. Conatel empezó en octubre una investigación por las declaraciones de un líder opositor que comparaban a Hugo Chávez con Benito Mussolini y que, según las autoridades, incitaban a su asesinato.
Beaumont afirmó que al gobierno le molesta la labor informativa de Globovisión, que se ha dedicado a reflejar los problemas del país, y dijo que el pueblo manifestará su repudio al cierre de la emisora, en caso de que suceda.
Las tensiones entre Chávez y Globovisión, propiedad del magnate venezolano Gustavo Cisneros, tienen como antecedente directo la polémica que causó la decisión del gobierno de no renovar la concesión de la emisora Radio Caracas Televisión, en 2007.
La decisión fue duramente criticada por varios medios de comunicación, pero Chávez defendió la medida alegando que su gobierno ejerció su facultad de recuperar una frecuencia de televisión que pertenece al Estado, y recordó que la televisora tuvo una participación activa en el fallido golpe de Estado de abril de 2002.
En este escenario, un grupo de diputados disidentes del Partido Socialista Unido de Venezuela llamó a conformar una coalición contra la enmienda constitucional que le permitiría a Chávez aspirar a la relección continua sin límite de tiempo, en momentos en que el anunció que seguirá impulsando dicha iniciativa.