■ “El empate es justo”, evaluó Ferretti; “estoy tranquilo y satisfecho”, dijo Galindo
En emocionante contienda, Pumas sale ileso de casa del Cruz Azul
■ Durante la primera mitad los locales dominaron el partido
■ Para el complemento los auriazules reaccionaron
■ El silbante Gabriel Gómez dejó pasar un penal por bando
Ampliar la imagen Si persiste el empate global Pumas tiene ventaja para avanzar a semifinales por su mejor ubicación en la tabla Foto: Ap
Pumas salió ileso del estadio Azul y la semifinal capitalina del Apertura 2008 se definirá el domingo 30, a matar o morir, en el Olímpico Universitario.
Con juego discreto y defensivo, los auriazules arrancaron un empate 0-0 a los Cementeros, resultado que dejó conformes a los entrenadores de ambos cuadros.
Ricardo Ferretti consideró que “los dos equipos buscaron y tuvieron oportunidades en este primer tiempo de 90 minutos. Alguien puede pensar que no, pero yo creo que (el empate) es justo. Fue un partido digno de liguilla, con más emoción que futbol, y pienso que la actitud de mi equipo fue muy buena, pero hay que mejorar”, agregó el Tuca, experto en fases finales.
De su lado, Benjamín Galindo aseguró que el accionar de los suyos lo dejó “tranquilo y muy satisfecho, porque no dejó de buscar. El equipo funcionó, nada más le faltó el gol: los partidos se ganan con tantos y hoy no tuvimos la fortuna de hacerlos”.
Aunque otra igualada clasificaría a los del Pedregal por su mejor ubicación en el torneo regular, Galindo defendió que no considera desventaja el 0-0 de este sábado. En el próximo duelo “partimos de cero, ganando tenemos la oportunidad de pasar”, dijo.
El ambiente fue bueno en un estadio prácticamente lleno, con mayoría local, pero más ruido de la porra puma, que colmó la cabecera sur. El primer tiempo fue entretenido, aunque el sabor a liguilla se tardó en llegar hasta los 30 minutos finales.
En general, Cruz Azul fue quien propuso, mientras Pumas lo esperó. Los Cementeros se cansaron de fallar con su delantera enérgica pero ineficaz y poco creativa. Ejemplo fue Miguel Sabah, quien al minuto 23 ya tenía tres disparos fallidos, uno sobre el travesaño y dos desviados, aunque el silbante Gabriel Gómez no marcó una falta dentro del área que Pikolín Palacios cometió sobre el delantero.
El Tuca Ferretti, nervioso desde el comienzo, estalló hacia el minuto 35 y mandó a calentar a toda su banca. Los suyos recuperaron el control del esférico hacia el final del parcial y estuvieron a punto de anotar gracias al Cachas Íñiguez, opción que Yosgart Gutiérrez frustró con oportuna atajada.
La Máquina hizo ajustes para el complemento. Galindo remplazó a Carlos Bonet, resentido del muslo, por Alejandro Vela. Ferretti ingresó a Fernando Morales, quien aportó dinámica y juego más ofensivo. En 10 minutos, el Zurdo provocó más llegadas que todo Pumas en el primer tiempo.
El equipo universitario reaccionó y el local se vio superado, sin control de juego y correteando al visitante. El público estalló en emoción por lo desplegado en el campo y las apuestas de los técnicos: el ovacionado regreso de Leandro Augusto en Pumas y la sustitución de Miguel Sabah por Nicolás Vigneri para renovar la delantera de Cruz Azul.
Los goyas se hicieron oír en las tribunas y el griterío picó el orgullo cementero. Así, los 22 jugadores dieron su máximo esfuerzo y hacia el minuto 60 llegó por fin el clima de liguilla.
Hubo llegadas continuas a las porterías y ambos cuadros se salvaron. Bernal salió ileso de un malentendido con su defensa Marco Antonio Palacios que casi se convierte en gol, y Gutiérrez sacó un balón complicado que la porra azul y oro ya gritaba.
Al 81, Íñiguez cayó dentro del área de Gutiérrez, en una jugada poco clara con Jaime Lozano, pero el auxiliar Jorge Rangel no marcó falta. A poco del pitazo final, Vigneri cabeceó un tiro de esquina a las manos de Bernal y en el último balón Torrado no atinó a disparar en una confusión dentro del área.
Los azules salieron cabizbajos y los felinos conformes. Fuera del estadio y entre un amplio operativo de seguridad, la afición puma festejó el resultado que prolongó una semana la definición de la primera ronda.