■ Impulsa la diputada Díaz Gordillo antología de 20 volúmenes
Privilegia AN su visión editorial sobre la situación en Chiapas
■ En otra obra, el coordinador del proyecto descalifica al zapatismo
San Cristóbal de las Casas, Chis. 22 de noviembre. Todo libro tiene su historia. Según registra en su minuta el consejo editorial del Congreso de la Unión, el 12 de diciembre de 2007 recibió de la diputada Martha Cecilia Díaz Gordillo, presidenta de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), la propuesta de una antología de 20 volúmenes, que no son pocos, “sobre la situación en Chiapas en los ámbitos político-electoral, social, económico, religioso, agrario y el referente al conflicto zapatista, coordinada por el doctor Marco Estrada Saavedra y coeditada con el Colegio de México (Colmex)”.
Poco después, el 25 de diciembre, en el Canal de Congreso la legisladora expresó: “Mientras sigan existiendo las causas que originaron el levantamiento armado del EZLN, la Cocopa tiene razón de ser; no obstante, deberemos revisar su instrumento legal, para saber si vamos o no a responder a esa necesidad”. Anunció la intención de trabajar sobre tres “grandes” líneas. Una, la elaboración de un diagnóstico técnico-jurídico “que permita ver la evolución en materia legal nacional e internacional, desde 1994 a la fecha; revisar todo el marco legal federal y estatal”.
La segunda línea era “un diagnóstico de carácter social”, para evaluar “qué ha hecho el gobierno mexicano para paliar las causas que dieron origen a un levantamiento de esta naturaleza, y que no sólo nos puede explicar las razones de un movimiento en Chiapas, sino que nos puede explicar una situación que de alguna manera se contamine (sic) el resto del país, que tienen estas mismas características, carencias y circunstancias”.
Otro “tema” era “convocar a especialistas” que desde el ámbito social, antropológico, económico, hicieran un análisis de la situación a partir de Chiapas, “pero que nos dé un reflejo de la problemática en el país”.
Por fin el 2 de abril de este año, el consejo editorial del Congreso de la Unión aprobó “avalar la edición de tan significativa obra”, que harían de manera tripartita el propio Congreso, el gobierno de Chiapas y el Colmex bajo el título Chiapas hoy. Esta segunda minuta no menciona el número de volúmenes que tendría la obra.
El pasado 17 de agosto, entrevistada en San Cristóbal de las Casas por el periodista Gustavo Hernández Larráuri, la misma hiperactiva diputada plurinominal panista anunció la publicación y presentación, en los primeros meses de 2009, de “una antología que hace el análisis de la situación del zapatismo en Chiapas”. Esto, para tener una visión, dijo, “muy objetiva”, “académica”, “profesional”, y discutir “en dónde estamos, cuál era el punto de partida en el 94 y cuál es la tarea que tendría que asumir la Cocopa”.
Cabe registrar que el doctor Estrada Saavedra es responsable tanto de la investigación para la Cocopa como de dicha “antología”, titulada Comunidades zapatistas. Experiencias diversas de indígenas chiapanecos con el EZLN, que el Colmex tiene en prensa. En el trayecto, el autor ha realizado una intensa actividad académica, presentando sus tesis sobre el gobierno autónomo zapatista como un “sistema de protesta” en centros de estudios en la ciudad de México, Chapingo y Guadalajara. Su coeditor, Juan Pedro Viqueira, ha colaborado discretamente pero en forma estrecha con Luis H. Álvarez, excomisionado del gobierno foxista y titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas con el gobierno calderonista.
Al adoptar, y adaptar, la teoría de los “sistemas sociales” del pensador alemán Niklas Luhmann, el autor estrena referente teórico para estudiar un asunto al que ya dedicó anteriormente un grueso volumen, La comunidad rebelde. Un estudio histórico y sociológico sobre las bases zapatistas en las cañadas tojolabales de la selva Lacandona (1930-2005), editado por el Colmex en 2007. Allí, a partir del estudio de dos comunidades que no son zapatistas ni están en la selva Lacandona, desarrollaba una descripción que se pretendía detallada de la autonomía zapatista.
Entonces como ahora, lo delata su poco conocimiento del terreno (aunque con pesados andamiajes teóricos y la ayuda de pasantes para el trabajo de campo), con lo que acabó produciendo un “parto de los montes” empírico, que ya en sus premisas descalificaba al zapatismo, presentándolo como elemento disruptor que impediría la armonía funcional entre los demás actores. Ignoraba factores clave, como la intensa militarización, la presencia de paramilitares, el carácter de control político de los programas “sociales” y, en fin, la realidad de los municipios autónomos zapatistas y su relación con sus hermanos (así los suelen llamar) de otras organizaciones.
Tanto aquel libro como las nuevas conceptualizaciones de Estrada Saavedra (que encuentran este “sistema de protesta” disfuncional con el statu quo), han sido interpretados como el enmascaramiento de una argumentación “académica” que permitiría al poder desfondar la ley de paz vigente, reanudar la guerra contra los rebeldes y, de paso, dejar sin materia de trabajo a los diputados y senadores de la Cocopa.