Economist Intelligence Unit
Panorama Nacional
México, hacia el fondo
Ampliar la imagen Los precios de los alimentos registran incrementos continuos, pese a las declaraciones de las autoridades en contrario Foto: José Antonio López
Ampliar la imagen Especialistas prevén que siga la depreciación del peso Foto: Víctor Camacho
Ampliar la imagen Las ferias del empleo, muy socorridas, aunque los resultados son poco halagüeños Foto: Notimex
Resumen ejecutivo:
• Pese a la avalancha de medidas contracíclicas, el impacto que sobre la economía mexicana ha tenido el severo declive en el mundo desarrollado ha echado por tierra la promesa de Felipe Calderón de ser el “presidente del empleo”.
• El ímpetu de corto plazo de la agenda legislativa gubernamental se reducirá cuando la atención política se enfoque en las elecciones intermedias de julio de 2009.
• Una deuda pública reducida permitirá al gobierno manejar los requerimientos crediticios del sector público en 2009-10, pero las autoridades restringirán las inversiones de capital más que procurar un drástico crecimiento del déficit.
• La aguda desaceleración económica que comenzó a mediados de 2008 se intensificará en 2009, y el crecimiento del PIB real se reducirá de 1.8% este año a sólo 0.9% el próximo (con riesgo de que sea menor), para recuperarse lentamente a 2.3% en 2010.
• Economist Intelligence Unit (EIU) mantiene su pronóstico de que la inflación será de 7.1% en 2008 y de 5% en 2009, para disminuir a 3.6% en 2010. Y prevé una tasa de cambio de 13 pesos por dólar para finales de 2008, 13.73 para 2009 y 13.68 para finales de 2010.
• El déficit de cuenta crecerá a 1.9% del PIB en el periodo 2009-10, de una estimación de 15 mil 700 millones de dólares en 2008 (1.5% del PIB). Si el financiamiento se reduce, el crecimiento de PIB caerá por debajo de los niveles previstos.
Política interna: Después de dos años de su mandato de seis, Calderón afrontará un ambiente mucho más difícil durante el periodo 2009-10. Pese a la avalancha de medidas contracíclicas, la crisis económica ha echado por tierra la promesa de Felipe Calderón de ser el presidente del “empleo”. El ímpetu de corto plazo de la agenda legislativa gubernamental se reducirá cuando la atención política se enfoque en la elección parlamentaria de julio de 2009, donde el gobernante Partido Acción Nacional (PAN) se enfrentará en cerrada competencia con el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) para obtener el mayor número de curules en la Cámara de Diputados.
Ante la ralentización de la economía y el reciente incremento del crimen violento que erosiona la confianza pública en el gobierno, el PRI es el partido mejor posicionado para capitalizar el desencanto de los votantes del PAN y obtener el apoyo del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que padece profundas divisiones internas y cuyo deteriorado desempeño debilitará a la mayor fuerza obstructiva en el Congreso. Una sólida posición del PRI podría galvanizar la reforma, más de lo que actualmente se prevé. Aunque muchos en las filas del tricolor continúan renuentes a apoyar al gobierno panista, algunos están cada vez más preocupados por las perspectivas a largo plazo y consideran el apoyo constructivo a la reforma estructural como la mejor ruta a la reconquista de la Presidencia en 2012.
Relaciones internacionales: La política exterior permanecerá dominada por las relaciones bilaterales con EU, país con el cual comparte una frontera de 3 mil kilómetros, representa más de 80% de sus exportaciones y donde reside una población de 12 millones de personas de origen mexicano (la mitad de las cuales trabajan de manera indocumentada).
Aunque el narcotráfico y la inmigración indocumentada podrían ser fuente de tensión entre México y EU, sus fuertes lazos económicos y comerciales mantendrán la estabilidad de sus relaciones.
El compromiso del gobierno calderonista de involucrarse de manera más activa con sus vecinos latinoamericanos ha producido hasta ahora pocas iniciativas concretas, pero Calderón ha reparado el daño causado a las relaciones con Cuba, Venezuela y Bolivia por el gobierno de Vicente Fox, cuyas frecuentes críticas a sus gobernantes de izquierda no produjeron buenos resultados. Calderón ha disfrutado también de una relación más armoniosa con el gobierno de Colombia, y ha observado de cerca su conservador manejo del problema de ley y orden, y con los moderados gobiernos de centroizquierda de Brasil y Chile.
Tendencias políticas: Durante el periodo que se pronostica, el gobierno será presionado para amortiguar el impacto de la recesión estadunidense sobre el crecimiento nacional, contrarrestar la escalada de crímenes violentos, frenar el declive de la producción petrolera y mejorar la competitividad. La reforma petrolera aprobada en octubre será de eficacia limitada para detener la disminución de la producción de petróleo y de las reservas, pero constituye un precedente que debería preparar el terreno para una reforma más ambiciosa a mediano plazo.
Una menor deuda pública permitirá al gobierno enfrentar el incremento de los requerimientos crediticios del sector público en 2009-10, pero en caso de menores ingresos las autoridades restringirán las inversiones de capital más que tolerar un drástico crecimiento del déficit. Y ya que las fuentes de crédito privado están restringidas, la tentativa gubernamental de proporcionar un impulso contracíclico no será muy productiva. La crisis dificultará que las autoridades amplíen la base tributaria no petrolera. En ausencia de reformas laborales necesarias para incorporar a más trabajadores a la economía formal (reformas políticamente difíciles), el gobierno incrementará las medidas para reducir los trámites fiscales.
Presupuestos internacionales: La confusión en los mercados internacionales de capital durante septiembre y principios de octubre ha evidenciado que los problemas de los mercados financieros globales se han extendido y tomará tiempo resolverlos. Aun en los mercados emergentes con sanos fundamentos, como México, los solicitantes de préstamos tendrán dificultades para obtener líneas de crédito en tanto los prestamistas en el mundo entero reducen el crédito para reconstruir sus balances.
El crecimiento mexicano depende de flujos sustanciales de capital externo. El país podría soportar una significativa caída de estos flujos y un crecimiento marcadamente inferior, sin que esto resulte en una crisis de la balanza de pagos, siempre y cuando la recesión estadunidense no sea mucho más prolongada que la que se prevé en la actualidad. Los precios petroleros serán mucho más débiles en 2009-10 que en los meses recientes. Y esto reducirá su apoyo a la moneda mexicana y a las cuentas fiscales.
Crecimiento económico: La aguda desaceleración de la actividad económica que comenzó a mediados de 2008 se intensificará en 2009, por lo que el crecimiento de PIB real se reducirá de 1.8% en este año a sólo 0.9% el próximo (o incluso menor) y sólo se recuperará a 2.3% en 2010. El año próximo, el PIB real per cápita disminuirá por primera vez desde 2003, a consecuencia de la prolongada debilidad del consumo privado, contracción de los volúmenes de exportaciones y un crecimiento anémico de la inversión (siempre y cuando las medidas contracíclicas –financiadas en parte por el fondo de estabilización fiscal– eviten una rotunda contracción).
Las proyecciones de EIU para 2010 prevén que la depresión económica tocará fondo durante el cuarto trimestre de 2009, cuando una recuperación gradual de la demanda real de las importaciones estadunidenses propiciará el fortalecimiento de las exportaciones y la demanda doméstica. Sin embargo, la recuperación de la demanda externa será lenta y las condiciones crediticias seguirán siendo difíciles, lo que reducirá el crecimiento del PIB real de 2010 a 2.3%, muy por debajo del promedio del periodo 2004-07 de 3.8% (propiciado por condiciones internacionales en extremo favorables).
El pronóstico de EIU para 2009-10 tendría un riesgo a la baja, en vista de la gravedad de los problemas en los mercados financieros del mundo desarrollado. En su escenario principal, el crecimiento promedio de 1.6% en 2009-10 será considerablemente más fuerte que el promedio de 0.5% que se registró durante 2001-03 (luego de la anterior recesión estadunidense). Esto con base en que las medidas contracíclicas y los sólidos fundamentos del sistema bancario fomentarán el consumo privado y la inversión.
Sin embargo, ambos se verán limitados por tensiones en los sectores corporativo y doméstico como consecuencia de costos crediticios más altos. Luego de haber incrementando sus préstamos externos en los dos años pasados, las grandes corporaciones tendrán que economizar, y esto tendrá un impacto devastador en las condiciones de financiamiento para las empresas más pequeñas.
La disminución prevista en las exportaciones reales para 2009 es considerablemente más leve que el descenso ocurrido en 2001. Esto, en parte, porque 2001 implicó un doble choque (una recesión estadunidense y la entrada de China en la Organización Mundial Comercial, la OMC), y en parte porque, supone EIU, el mayor nivel de integración entre la industria mexicana y la estadunidense significará que una mayor proporción de insumos dentro de las exportaciones estadunidenses procederá de fabricantes mexicanos.
Inflación: La inflación de precios al consumidor anual fue de 5.7% durante la primera quincena de octubre, por arriba de 5.5% en la segunda quincena de septiembre. EIU mantiene sus pronósticos de una inflación de 7.1% a finales de 2008 y de 5% en 2009, disminuyendo a 3.6% en 2010. Habrá un significativo efecto de la aguda caída del peso en octubre-septiembre y los precios globales de las materias primas disminuirán, pero la severa desaceleración de la economía doméstica limitará la capacidad de los productores para transferir los altos costos, lo que permitirá que la inflación anual comience a moderarse a principios de 2009.
Sin embargo, el ajuste a la alza de los precios de diesel y gasolina, derivado de la cancelación de los subsidios, obstaculizará la rápida disminución de la inflación durante 2009. El reducido avance de las reformas relacionadas con la oferta, necesarias para reducir el costo de las instalaciones públicas e impulsar la competitividad, impedirá una convergencia con las tasas de inflación estadunidenses. EIU no espera que la inflación anual sea menor al objetivo de 2-4% hasta la segunda mitad de 2010, pero una sólida tasa de cambio ayudará a que la inflación se modere en 2010. La inflación de precios al productor (IPP), que había mostrado un ritmo ascendente entre junio de 2007 y julio de 2008 (con un máximo de 10.9%), se ha debilitado desde entonces (a 7.9% en septiembre), pero permanecerá bajo presión debido a la debilidad de la moneda.
Tasas de cambio: En las semanas recientes el peso ha permanecido volátil, pero hubo ciertas señales de estabilización la quincena pasada, y la tasa de cambio bajó de 13.59 pesos por dólar el 22 de octubre, a 12.79 pesos el 3 de noviembre, si bien todavía por debajo de su máximo registro de principios de agosto. Suponiendo que la estabilización en el mercado de divisas revierta las pérdidas recientes, EIU pronostica una tasa de cambio de 13 pesos por dólar para finales de 2008, lo que representa una depreciación de 16% respecto de la de finales de 2007.
Ante la caída de los precios del petróleo, una economía que se debilita y un dólar que se beneficia de la mayor aversión al riesgo, EIU proyecta una leve baja adicional en 2009, lo que fijará la tasa de cambio a 13.73 pesos por dólar a finales del próximo año. Suponiendo una moderada recuperación de las exportaciones mexicanas y de los mercados internacionales financieros, EIU espera que la estabilidad retorne durante la segunda mitad del periodo del pronóstico, lo que se reflejará en una tasa de 13.68 pesos por dólar para fines de 2010. Estas previsiones estiman que la tasa de cambio promedio se debilitará apenas 13% durante el periodo 2009-10, en total.
Las proyecciones de EIU suponen que el ritmo de la depreciación se verá atenuado por importantes reservas y continuos –aunque muy reducidos– flujos de inversión extranjera directa (IED). Continuará el incremento de oportunidades de portafolios de inversiones a más largo plazo, pero, a pesar de los atractivos fundamentos de México, el ímpetu será débil en el periodo que se pronostica, sobre todo en 2009, debido al impacto que han tenido sobre la percepción de los inversionistas y la liquidez global las severas pérdidas sufridas en mercados en todo el planeta.
Sector externo: Se estima que el déficit de cuenta corriente se elevará a 1.9% del PIB en 2009-10, de una estimación anterior de 15 mil 700 millones de dólares (1.5% del PIB; antes 1.3% de PIB) durante 2008. La debilidad de la moneda y de la demanda doméstica frenará el crecimiento del gasto en importaciones durante lo que resta de 2008, pero los precios de petróleo a la baja y una caída de las importaciones estadunidenses afectarán también los ingresos por exportaciones, por lo que el déficit comercial continuará creciendo, y será de 13 mil 700 mdd a finales de año.
EIU estima que el déficit comercial se reducirá en 2009: la caída en los ingresos por exportaciones en 2009 será superada por una reducción de los gastos en importaciones (en medio de una menor demanda de exportaciones, desaceleración de la demanda doméstica y una tasa de cambio promedio más débil). Una caída de las utilidades de las empresas extranjeras (como reflejo de menores ganancias y una tasa de cambio más débil) reducirá el déficit de ingresos, y un menor gasto en importaciones limitará el crecimiento del déficit en servicios. Sin embargo, estas tendencias se verán compensadas por una aguda reducción del actual superávit de transferencias bancarias en 2009, además de frágiles condiciones económicas y un control migratorio más estricto en EU.
En 2010 un fortalecimiento de la cuenta de servicios (favorecida por una recuperación del turismo) y cierta recuperación de las remesas compensará el déficit comercial y de ingresos, en tanto que la demanda doméstica y global se recuperen de manera modesta. EIU espera que la IED disminuya en 2009 y los flujos netos de deuda externa desciendan, para recuperarse de manera moderada en 2010. En caso de un déficit de financiamiento más elevado, las importaciones, la inversión y el consumo se verán aún más reducidos.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya