Automotrices no logran más apoyo en EU
Washington, 17 de noviembre. El gobierno de Estados Unidos no desea la quiebra de la industria automotriz nacional, pero ésta tendrá que arreglarse con los fondos ya disponibles y no con el paquete de rescate financiero de 700 mil millones de dólares, señaló la Casa Blanca. “El Estado no desea que quiebren y apoyamos una ayuda para ellos”, subrayó la portavoz Dana Perino.
El vocero de General Motors dio a conocer que la empresa demorará dos semanas el pago de incentivos a sus concesionarios, en un esfuerzo por “ganar cierta liquidez de efectivo” para el cuarto trimestre.
En tanto, en Tokio el gigante estadunidense General Motors se desprenderá por 180 millones de dólares de su participación de 3.2 por ciento en el capital del japonés Suzuki para reforzar su vapuleada tesorería, anunció el grupo nipón, el cual comprará toda las acciones. La operación se llevará a cabo este martes en el mercado de valores.
“El sector automotriz representa una parte importante de nuestro sistema industrial y queremos que tenga éxito y sea competitivo en la economía mundial. Es por eso que pedimos al Congreso que esta semana tome las medidas necesarias para ayudarle”, agregó Perino.
Sin embargo, subrayó que Washington no garantiza nuevo financiamiento.
“Pensamos que esa ayuda debe provenir del programa creado por el Congreso que estaba específicamente destinado para ayudar a los constructores automotrices –el plan de 25 mil millones de dólares de préstamo del Departamento de Energía”–, explicó.
Reorganizar filas, piden en el Congreso
Las automotrices de Estados Unidos deberían considerar reorganizar por completo sus filas de ejecutivos si quieren el apoyo del Congreso para un rescate, que varios califican de necesario para evitar el colapso del sector, declaró uno de los arquitectos del proyecto.
El senador por Michigan Carl Levin enfatizó las dificultades que están teniendo los demócratas para redondear un plan de rescate de hasta 25 mil millones de dólares y para asegurar el apoyo mayoritario en el Senado, donde se planea comenzar el debate sobre el asunto el lunes próximo.
“Si marcara la diferencia entre recibir este tipo de apoyo o no, obviamente la gerencia debería considerar su renuncia”, precisó Levin, aliado incondicional de la industria, al programa de NBC Meet the press.