■ Lo acusa de provocar un “desastre humano” en el este de ese país africano
El gobierno de Congo rechaza negociar con el jefe guerrillero Laurent Nkunda
■ La negativa al diálogo directo, provocación para relanzar la guerra contra su pueblo: rebeldes
Ampliar la imagen Congoleños desplazados debido a los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas del gobierno intentan llegar a sus hogares en Kibati, localidad ubicada al norte de la ciudad de Goma. Un convoy con suministros médicos y personal especializado de la Organización de las Naciones Unidas logró entrar ayer a la zona oriental de esa república Foto: Ap
Goma, 3 de noviembre. El gobierno de la República Democrática de Congo rechazó negociar con el jefe guerrillero Laurent Nkunda, al que acusó de provocar un “desastre humanitario” en el este del país, negativa que fue interpretada por los rebeldes como una provocación para volver a “lanzar la guerra.”
“No hay pequeños y grandes grupos armados. El hecho de crear un desastre humano no da derechos especiales” con respecto a otras milicias que también operan en la provincia de Kivu Norte, señaló el vocero gubernamental Lambert Mende.
Nkunda ofreció ayer negociar directamente con el gobierno, y advirtió que en caso contrario derrocará al presidente Joseph Kabila, en declaraciones que fueron calificadas por Mende como “indignas e irresponsables.”
Tras la negativa oficial para entablar conversaciones, el portavoz guerrillero Bertrand Bisimwa señaló que “rechazando la oferta de diálogo directo, el gobierno acaba de lanzar la guerra contra su pueblo.”
A inicios de la semana pasada, los rebeldes iniciaron una ofensiva relámpago contra el ejército congoleño, hasta llegar a sólo 15 kilómetros de la ciudad de Goma, capital de Kivu Norte.
Ahí decretaron una tregua unilateral que se ha respetado cinco días, y permitieron el paso de un convoy de ayuda humanitaria hacia la comunidad de Rutshuru, una de las más castigadas por el conflicto en este país africano.
En tanto, Naciones Unidas informó que los 17 mil cascos azules que tiene estacionados en Goma –donde ya se decretó el toque de queda– tienen la orden de prohibir la entrada de la guerrilla a la ciudad, como medida de protección para los civiles.