■ Funcionaria señala que sólo ha faltado difusión a su país, el cual tiene una vasta oferta
Interesa a Chile promoverse como destino turístico para los mexicanos
■ Creciente afición por las actividades recreativas al aire libre; cobra auge el ecoturismo
Puerto Varas, Chile, 3 de noviembre. Después de América del Sur, Europa representa la principal región en términos del origen de turistas en Chile. El número de paseantes procedentes del viejo continente alcanzó 326 mil 668 en 2004, representando 18 por ciento del total de viajeros que han visitado el país. La entrada de estos excursionistas a Chile ha experimentado un crecimiento sostenido desde 2000, pues el número de ellos se ha incrementado en aproximadamente 100 mil en los pasados cinco años, explica Andrea Pérez Iturriaga, gerente de la corporación de Desarrollo Turístico y Cultural de este puerto.
A orillas del lago Llanquihue, esta comunidad, también conocida como La Ciudad de las Rosas, por la presencia de estas flores en prácticamente todos los jardines privados y vías públicas, Puerto Varas se destaca como uno de los puntos de interés turístico de Chile, no sólo debido a su arquitectura alemana –producto del asentamiento, hace varias décadas, de nativos de ese país europeo como parte de un proyecto para poblar la zona–, sino porque se integra a una serie de lagos que conecta con la ciudad de Bariloche, en Argentina, y se promueve como “navegar la cordillera de los Andes”.
Detinos naturales
Tradicionalmente los mercados europeos más relevantes para Chile, en materia de turismo, han sido Alemania, España, Inglaterra y Francia, con alrededor de 50 mil visitantes al año. Específicamente, el mayor volumen de ellos viene de Alemania, seguido por España e Inglaterra, que junto con Italia representan 71 por ciento de paseantes, “pero nos interesa mucho promover a Chile como destino turístico para México”, destaca Pérez Iturriaga, quien reconoce que el turismo mexicano prefiere destinos naturales como Estados Unidos o Europa, “porque nos ha faltado promoción, no porque carezcamos de una oferta que compita con cualquier otro país”, insiste.
Comenta que el creciente interés por disfrutar de actividades de recreación al aire libre ha facilitado el desarrollo de nuevos tipos de turismo basados en el aprovechamiento del medio natural, principalmente en zonas que aún conservan su patrimonio paisajístico y cultural y se localizan lejos de las zonas urbanas. Es decir, principalmente en áreas silvestres o protegidas, como el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, bosque milenario del tipo siempre verde, cerca de Petrohue y bajo el imponente volcán Osorno, uno de los sitios para esquiar con más demanda internacional.
Se trata, explica Andrea Pérez Iturriaga, de una oferta de turismo sustentable, con una tendencia hacia la oferta personalizada. Hoy, aquí, agrega, se habla cada vez con mayor frecuencia de turismo cultural, de salud, agroturismo, ecoturismo, etnoturismo, deportivo, de aventura, de cruceros, de negocios, que en su conjunto movilizan a 60 millones de personas en el mundo.
De ellos, el ecoturismo es el segmento de más rápido crecimiento, constituyéndose en una actividad económica de especial importancia y que representa una especial oportunidad para los países; en particular para aquellos que, como el nuestro, cuentan con atractivos de carácter internacional todavía no plenamente explotados, asegura.
Aunque no existe formalmente un ministerio de turismo en Chile, las cifras destacan que los viajes de paseo a los países “en vías de desarrollo” se multiplicaron por siete en 20 años: aumentaron, entre 1970 y 1990, de 16 millones 100 mil a 95 millones 500 mil. Un ejemplo de turismo cultural es el que se desarrolla en Valparaíso, ciudad declarada patrimonio de la humanidad y en la que se ubica La Chascona, una de las casas del premio Nobel Pablo Neruda. Aquí, explican las autoridades locales, se lleva a cabo cada año un festival en el que se presentan todas las expresiones del arte en espacios públicos, y que para 2009 tiene como invitado al estado de Veracruz.
Ingresos por vinicultura
Mientras que al norte de Santiago se despliega la extensa zona vinícola, una continuación de la historia del vino chileno que comienza con la llegada de los españoles al territorio, alrededor del siglo XVI, quienes introdujeron las vides al nuevo continente. Las cepas españolas correspondían a la variedad negra, conocida como “país” en Chile, y “misión” en California, la que se adaptó rápidamente al suelo y la cual es posible encontrar aún en la zona central de Chile. El vino es hoy para este país una importante fuente de ingresos de exportación.
De hecho la producción de vinos finos para exportación tuvo un repunte a partir de 1980, cuando productores mundiales reconocieron la calidad de las cepas chilenas y decidieron invertir en ellas. La uva carménère es exclusiva de este país, ya que esta cepa europea fue extinguida en el siglo XIX por la filoxera, insecto que ataca las vides. La cepa carménère se consideraba extinta, hasta que a principios de la década de 1990 enólogos franceses percibieron que en Chile esta uva aún se cultivaba inadvertidamente, mezclada con pies de merlot.