■ Con esto se apoyan las tradiciones de las comunidades de Culhuacán: Martí Batres
Entrega el GDF lotes a pueblos nahuas para que amplíen panteón
■ En la ciudad existen 269 barrios originarios que buscan conservar sus usos y costumbres
■ Como parte de las actividades en el Centro Histórico inauguraron una ofrenda prehispánica
Ampliar la imagen Aspecto del Mictlampa o Ruta de la Muerte que fue inaugurado en el Centro Histórico Foto: Yazmín Ortega Cortés
El Gobierno del Distrito Federal entregó ayer a 11 comunidades del pueblo nahua de Culhuacán, Iztapalapa, el decreto de expropiación de dos terrenos con una extensión en conjunto de 17 mil metros cuadrados, luego de que hace 35 años un grupo de residentes del lugar intentó comprar un predio para ampliar el panteón vecinal.
El propósito, explicó el secretario de Desarrollo Social, Martí Batres Guadarrama, es, además de atender el reclamo ciudadano, contribuir a preservar las tradiciones funerarias de dicha comunidad.
Ramón Montaño Cuadra, titular de la Oficialía Mayor, comentó que el procedimiento no fue fácil, porque los terrenos expropiados, ubicados en los números 3422 y 3448 de la avenida Tláhuac, estaban en manos del gobierno federal y debieron hacerse muchas gestiones para concretar la expropiación.
Finalmente el decreto se publicó en la Gaceta Oficial, con lo que se declaró la utilidad pública de los terrenos para la construcción e instalación de un cementerio que satisfaga las necesidades de los habitantes del pueblo de Culhuacán y de la ciudad en general.
Los culhuacanenses refieren que por la saturación del panteón vecinal comenzaron a utilizar los andadores para sepultar a sus muertos, al grado de que para hacer un enterramiento tenían que estar “brincando sobre las tumbas”.
Con los dos predios expropiados, el panteón vecinal ampliará su capacidad con 5 mil espacios más, explicó Batres.
En la ciudad, según los datos del Consejo de Pueblos y Barrios Originarios del Distrito Federal, existen 269 pueblos y barrios originarios que aún intentan mantener sus usos y costumbres, por ello, ayer por la mañana se inauguró una ofrenda prehispánica por medio de la cual se resaltan las raíces de las comunidades indígenas en su lucha por mantenerlas vivas en la capital del país.
Asimismo, en la calle de Seminario, en el Centro Histórico se presentó una exhibición del Mueso Osteológico de Coyoacán que consiste en osamentas de personas que vivieron en zonas como Iztapalapa, Coyoacán y Azcapotzalco, entre otras, porque de esa forma se dan a conocer las costumbres de nuestros antepasados en los enterramientos y funerales, explicó Esteban Gómez, coordinador del consejo de pueblos y barrios.
Detalló que un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se ha dado a la tarea de indagar sobre las formas y usos que se tenían en las comunidades, entre los hallazgos destacan que la gente era sepultada con un hilito rojo entre los dedos de las manos.
Añadió que se han descubierto algunas de las enfermedades que padecían y que son evidentes en las osamentas, específicamente en los huesos de las manos, como la artritis.
Las actividades son parte de la Ruta de la muerte, que realizan los integrantes del Consejo de Pueblos y Barrios Originarios del Distrito Federal para reforzar las tradiciones y hacer énfasis en la identidad del mexicano, para ello también por la noche en el poblado de San Lucas Xochimanca, de la delegación Xochimilco, se realizará la presentación de La Llorona, porque es una leyenda de mucho arraigo, pues hay moradores del lugar que afirman haberla visto y escuchado.
La Ruta de la muerte también está en la exhibición de Paseo de la Reforma, en las actividades de la delegación Azcapotzalco y en la procesión de los espíritus del Museo de Antropología.