■ El mandatario desea el triunfo de Obama para aliviar las tensiones con Estados Unidos
Suspende el presidente Evo Morales las actividades de la DEA en Bolivia
■ Lamenta que la agencia antinarcóticos “haya tenido participación política en una conspiración”
■ Rechaza la dependencia estadunidense que se haya inmiscuido en asuntos internos bolivianos
Ampliar la imagen Evo Morales pasa revista a una guardia militar de Chimoré, en la región del Chapare, donde anunció la suspensión de actividades por tiempo indefinido de la DEA en la nación altiplánica Foto: Reuters
Ampliar la imagen Un helicóptero de Estados Unidos habilitado para la lucha contra las drogas aparece estacionado en el aeropuerto militar de ese poblado cocalero, lugar en el que opera un cuartel antinarcóticos financiado por los estadunidenses Foto: Reuters
La Paz, 1º de noviembre. El presidente Evo Morales anunció hoy la suspensión por tiempo indefinido de todas las actividades en Bolivia de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), al acusarla de haber participado en la promoción del “golpe civil” fallido de derecha en septiembre en cinco de los nueve departamentos del país, que terminó con un saldo de 19 muertos y decenas de heridos, así como cuantiosos daños materiales a oficinas estatales.
“A partir de hoy día se suspende de manera indefinida cualquier actividad de la DEA”, afirmó el gobernante en el central poblado cocalero de Chimoré, en el Chapare boliviano. “Tenemos la obligación de defender la dignidad y soberanía del pueblo boliviano”, añadió, y dijo lamentar que en los últimos días y meses ese organismo “haya tenido participación política en una conspiración contra el gobierno nacional”.
Desde Washington, la DEA aseguró no haber recibido todavía comunicación oficial alguna de la “suspensión de operaciones” en Bolivia. El vocero del organismo, Garrison Courtney, dijo que de hecho ya no tienen agentes trabajando fuera de la embajada estadunidense en La Paz desde la expulsión de su equipo en septiembre pasado, que colaboraba con la policía local en Chapare.
Tras rechazar las acusaciones de que la agencia desarrolla una labor política o de conspiración en el país andino ya que se dedica sólo a la lucha antidrogas y mantiene excelentes relaciones con sus homólogos bolivianos, Courtney aseveró que si la “suspensión de operaciones” significa que el gobierno pretende expulsar a sus agentes en la embajada, sería una decisión “desafortunada”.
En La Paz, un funcionario de la embajada estadunidense, no identificado, también rechazó las acusaciones y advirtió que “de ser suspendida la cooperación con Estados Unidos se producirá más droga en Bolivia y más droga será despachada al exterior”, perjudicando incluso a países vecinos, al destacar que la DEA acumula 35 años de cooperación con Bolivia.
En el aeropuerto de Chimoré, donde opera un cuartel antidroga financiado por Estados Unidos en la década del 90, Morales denunció que “personal de la DEA apoyó actividades del golpe de Estado fallido en Bolivia”, en referencia a las protestas que realizaron en septiembre pasado los opositores de las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca, con saldo de 19 muertos.
El mandatario dijo que hay informes de inteligencia en que se establece que “agentes de la DEA realizaban espionaje político, financiando a grupos delincuenciales para que atenten contra la vida de las autoridades, por no decir del presidente”, y nombró a un oficial de la DEA de nombre Steven que habría realizado viajes a poblados del norte del país “para financiar a grupos rebeldes comprometidos en el golpe de estado civil”.
Acotó que esa oficina antidrogas “financió a los líderes cívicos para sabotear aeropuertos en el oriente boliviano, en Pando y Beni, y la toma de pistas (de aterrizaje) para evitar el arribo al lugar de autoridades nacionales”.
Durante esos incidentes, grupos cívicos impidieron la llegada de Morales a las ciudades de Santa Cruz, Trinidad, Cobija y Tarija, e incluso en esta última obligaron a la suspensión de una reunión de Evo Morales con sus colegas Hugo Chávez, de Venezuela, y Cristina Fernández, de Argentina.
Las labores suspendidas de la DEA corresponden a la financiación y labores de inteligencia contra el tráfico de drogas.
Los ministros de Gobierno y de Defensa, Alfredo Rada y Walker San Miguel, dieron después del anuncio presidencial una conferencia de prensa para precisar que la “suspensión no significa expulsión”, y que el gobierno boliviano hará cumplir la decisión del presidente Morales, quien dijo que ésta “es una decisión personal”.
La DEA rechaza especificar cuántos agentes suyos están destinados a la embajada en Bolivia; tenía bases de operaciones en Chimoré, Santa Cruz, Trinidad, Cochabamba y La Paz, y operaba en Bolivia desde 1990, poco después de la aprobación de la ley 1008 que penaliza las actividades del narcotráfico y fija en 12 mil hectáreas los cultivos legales de coca.
Pero desde que Morales asumió la presidencia en 2006, adoptó la política de “cero cocaína, pero no cero coca”, que da a cientos de miles de agricultores permiso para cultivar coca en pequeña escala para usos legales.
Sin embargo, las relaciones entre La Paz y Washington afrontan a la fecha la peor crisis diplomática, luego que el gobierno boliviano expulsó el pasado 10 de septiembre al embajador estadunidene Philip Goldberg, al que identificó como el cabecilla de una conjura política contra el presidente Morales por sus frecuentes contactos con autoridades y dirigentes cívicos de cinco departamentos opositores, que reclaman autonomía respecto del poder central y que el Ejecutivo atribuye a políticas separatistas.
El gobernante había recibido últimamente solicitudes de campesinos del Chapare para expulsar del país al personal de la DEA, y en julio pasado apoyó a los productores de la hoja de coca en la expulsión del trópico de Cochabamba de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en tanto que en septiembre se produjo el abandono de la región cocalera del Chapare de personal dedicado a la lucha contra el narcotráfico.
Más aún, el presidente Morales prohibió a principios de octubre que los aviones de la DEA realicen sobrevuelos antinarcóticos sobre territorio boliviano.
El jueves pasado la embajada de Estados Unidos en Bolivia negó que la DEA y la USAID realizaran una labor política en este país, según informó el encargado de negocios Kris Urs.
Estados Unidos y Bolivia tienen enormes diferencias sobre el combate contra las drogas, y en paralelo con los más recientes desencuentros el gobierno de George W. Bush se pronunció porque Bolivia quede fuera de las preferencias arancelarias que otorga a La Paz en el contexto de la ATPDEA, que favorece a los países que colaboran en la lucha contra el narcotráfico en la zona andina.
No obstante, la cancillería boliviana expresó su esperanza de que el próximo presidente estadunidense, Barack Obama o John McCain, renueven la ATPDEA.
Mientras, Evo Morales dijo esperar un “triunfo azul” en los comicios del próximo martes, en alusión al candidato demócrata, y agregó que mantiene su decisión de mejorar las relaciones con el gobierno de Estados Unidos.
Este sábado el gobierno boliviano refrendó su lucha contra el narcotráfico al asegurar que en 2008 se erradicaron 5 mil 25 hectáreas de coca y se decomisaron 25.4 toneladas de cocaína.
Al respecto, Morales opinó que “Bolivia es un país tránsito de droga” porque “cerca de 40 por ciento de la cocaína que se incauta viene de Perú”, por lo que abogó por una “regionalización” de la lucha contra la producción y comercio de estupefacientes, que podría ser encabezada por la Unión de Naciones Sudamericanas.