Usted está aquí: domingo 2 de noviembre de 2008 Política Condena Arizmendi los asesinatos en Chinkultic; celebra misa por el caso

■ “Abuso de autoridad, quitarle la vida a alguien”, acusa el obispo

Condena Arizmendi los asesinatos en Chinkultic; celebra misa por el caso

Elio Henríquez (Corresponsal)

Ampliar la imagen Ceremonia en honor a los muertos en un cementerio de Romerillo, San Juan Chamula, Chiapas, donde las tumbas no son cubiertas con cemento. Sólo se colocan cruces de madera entre la tierra Ceremonia en honor a los muertos en un cementerio de Romerillo, San Juan Chamula, Chiapas, donde las tumbas no son cubiertas con cemento. Sólo se colocan cruces de madera entre la tierra Foto: Moysés Zúñiga Santiago

San Cristóbal de Las Casas, Chis., 1º de noviembre. Al celebrar misa en la comunidad Miguel Hidalgo, municipio de La Trinitaria, donde hace un mes fueron asesinados seis campesinos, el obispo de la diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel, afirmó que “es un abuso de autoridad quitarle la vida a alguien.

“En ningún momento estaremos de acuerdo con las injusticias y con los abusos del poder; todo eso se tiene que seguir denunciando, aclarando la verdad y poniendo donde deben estar los culpables, resarciendo los daños, tratando de que las cosas cambien, que la situación sea diferente en todos los órdenes”, manifestó ante unos mil campesinos de ocho comunidades de la región.

“Todos estamos de acuerdo en que no hay derecho de que a alguien se le prive de la vida; es un abuso de autoridad, aunque haya problemas, pues éstos no se resuelven matando a las personas”, aseveró el obispo.

Acompañado por el sacerdote Antonio Flores Guillén, párroco de La Trinitaria, y por catequistas de la zona, Arizmendi Esquivel subrayó que “el único dueño de la vida es Dios; nadie es dueño de los demás, aunque tenga poder”.

El pasado 3 de octubre, policías estatales asesinaron en Miguel Hidalgo a seis campesinos luego de haber desalojado la zona arqueológica de Chinkultic, que estaba en poder de pobladores de la comunidad.

“Si hay problemas, si hay dificultades, hay que dialogar, hay que buscar caminos de solución a los problemas, pero la solución no es matar, la solución es dialogar y buscar la verdad y la justicia y respetar los derechos de todos”, reiteró Arizmendi en su homilía.

Abundó: “todos nos hemos entristecido por la muerte de estos hermanos y por todo lo que sucedió. Y ustedes aquí sufriendo tanto, agobiados, tristes, sin saber ni qué ni por qué ni cómo. Algunos un poco lejos, pero los hemos seguido, no los hemos dejado”.

Insistió en que nadie tiene derecho a privar de la vida a una persona porque “tan digna es una como la otra; necesitamos todos que se respeten los derechos de todos, de los pobres, de los campesinos, incluso de aquellos que estuvieron cometiendo alguna cosa indebida, pero no se tiene por qué abusar para quitarlos de en medio quitándoles la vida”.

Ante los más de mil labriegos que se concentraron para oír la misa afirmó que fue a celebrar “porque somos hermanos, porque no podemos dejar pasar indiferentes estos días y estos acontecimientos; no podemos dejar que no nos duela lo que les está doliendo a los demás”.

 
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