■ Se espera arribo de 7 millones de visitantes
El Zócalo, un mictlán urbano
Ampliar la imagen Decenas de personas acudieron anoche al Zócalo para ver la megaofrenda por el Día de Muertos Foto: Roberto García Ortiz
El frío inclemente no impidió que cientos de personas descendieran al mictlán (lugar de los muertos) en que fue convertido el Zócalo, y que apenas traspasar la entrada andando por 20 de Noviembre da de bruces con el vecindario del Callejón del Cuajo y el dropel de personajes creados por don Gabriel Vargas en la Familia Burrón, igual de pobres como lo fueron en vida, pero sin perder en este “más allá” su sentido del humor.
Fue sin embargo la presencia del compositor e interprete Armando Manzanero, acompañado con la Big Band Jazz de México, quien atrajo a la multitud al inaugurar anoche la ofrenda del Día de Muertos que cada año monta el Gobierno del Distrito Federal en la Plaza de la Constitución.
El cantautor recibió de manos del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, un reconocimiento por sus 50 años de trayectoria artística, no sin antes invitar a los capitalinos a que acudan al Zócalo a conocer las ofrendas de muertos, “una de las tradiciones más profundas de nuestra cultura”, que estará instalada hasta el 2 de noviembre.
Siete millones de visitantes nacionales y extranjeros podrán disfrutar del juego de pelota mixteca, tarasca y de fuego, y tendrán la posibilidad de “echarse” un danzón o mambo con Clavillazo, Resortes, Cantinflas, Tin Tán o Lilia Prado; o ayudar al Enmascarado de Plata a “salvar el pellejo” ante el ataque de las mujeres vampiro, en el salón Calavera, informó por su parte la secretaria de Desarrollo Económico, Laura Velázquez.
En tanto, el Patronato de Día de Muertos de San Andrés Mixquic determinó prohibir la venta de bebidas alcohólicas en la vía pública durante los cuatro días de conmemoración en esta comunidad.
El jefe delegacional de Tláhuac, Gilberto Ensástiga, señaló que su gobierno incrementó los apoyos económicos para esta celebración, de 300 mil a más de 500 mil pesos, con el propósito de que los organizadores no tengan que recurrir a patrocinadores a cambio de espacios para la venta de alcohol.