■ El republicano se reunió en 1985 con Pinochet; el encuentro, “amistoso y cálido” dijo entonces
Ultraconservadores, entre los asesores de McCain en materia de política exterior
■ Expertos han sugerido que Al Qaeda favorece la campaña del candidato a la Casa Blanca
Ampliar la imagen John McCain, candidato republicano a la Casa Blanca, durante un acto proselitista ayer en Hershey, Pensilvania, acompañado de su compañera de fórmula, Sarah Palin Foto: Ap
Nueva York, 28 de octubre. Si gana la elección el republicano John McCain, terroristas latinoamericanos, así como Al Qaeda y otras fuerzas derechistas en el mundo celebrarán el triunfo.
Y es que entre los asesores de McCain están cubanoestadunidenses ultraconservadores como el representante federal Lincoln Diaz Balart y el ex alto funcionario del Departamento de Estado Otto Reich, quienes han justificado los atentados terroristas de figuras como Orlando Bosch, Luis Posada Carriles, líderes de la contra nicaragüense y otros, e incluso los han calificado de actos heroicos.
En tanto, hay nuevas revelaciones de una reunión “muy cordial”, entre McCain y Augusto Pinochet en 1985.
De otro lado, mensajes interceptados entre militantes de Al Qaeda revelan su preferencia por McCain como presidente.
O sea, amigos y asesores que rodean a McCain prometen una política exterior no muy diferente a la actual, particularmente en torno a América Latina.
El legislador Lincoln Diaz Balart fue seleccionado en septiembre como su asesor de alto nivel y vocero respecto de América Latina. El ultraconservador cubanoestadunidense ha sido un defensor de Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, acusados, entre otras cosas, del peor atentado terrorista en las Américas por el bombazo en un avión comercial cubano en el cual perecieron 73 personas. Además, Díaz Balart ha buscado trato especial y hasta la liberación de varios cubanoestadunidenses encarcelados por asesinatos, incluidos los miembros de Omega 7 responsables del asesinato del diplomático Orlando Letelier y su asistente Ronie Moffitt en Washington, en 1976.
Ann Louise Bardach, quien ha seguido este mundo de cerca y que entrevistó a Posada Carriles para el New York Times, reporta en Slate que un gran jurado continúa investigando el caso del fugitivo y ex agente de la CIA, pero que uno de los abogados de los asociados de Posada Carriles dijo que el caso no ha procedido por razones de política electoral.
El abogado le informó que “es seguro que ahora nada sucederá por las elecciones de 2008 y el daño que esto podría causar a la fórmula de McCain, los Díaz Balart (los hermanos y representantes federales en busca de relección Lincoln y Mario) e (Ileana) Ros-Lehtinen”, y que otro abogado le indicó que el caso se está manejando en “los niveles más altos” del Departamento de Justicia.
Bardach reporta también que la campaña de McCain se ha aliado con la agrupación ultraconservadora anticastrista Consejo de Libertad Cubana encabezada por Ninoska Pérez-Castellón y su marido Roberto Martín Pérez, quienes han sido muy activos en promover la campaña de McCain en Miami. Ambos también ha sido defensores de Bosch y Posada Carriles, entre otros acusados de actos terroristas anticastristas.
A la vez, el íntimo amigo y posible secretario de Estado de McCain, si éste ganara la presidencia, el senador Joe Lieberman, se reunió con la esposa de Eduardo Arocena en un acto de campaña del republicano, en el cual le prometió promover un perdón presidencial para su marido. Arocena es fundador de Omega 7, está encarcelado por el asesinato de un diplomático cubano en Nueva York en 1980 y por unos 42 cargos más de conspiración, uso de explosivos y más, y cumple una condena de cadena perpetua. Los objetivos de sus complots terroristas incluyeron el Madison Square Garden y el aeropuerto JFK, entre otros, así como un intento de asesinato contra el embajador cubano ante la Organización de Naciones Unidas.
Mientras, el historial de McCain provoca ciertas dudas sobre sus posturas actuales. Como reporta John Dinges en el Huffington Post y en CIPER, “el actual candidato presidencial del Partido Republicano… quien ha criticado severamente la idea de reunirse con dictadores sin condiciones previas, parece haber hecho justamente eso. En 1985, McCain viajó a Santiago para un encuentro amistoso con el dictador militar chileno, general Augusto Pinochet, uno de los más grandes violadores de los derechos humanos. El encuentro con el entonces jefe del régimen militar chileno fue descrito por el propio McCain como ‘amistoso y por momentos cálido, pero notó que el presidente parece obsesionado con la amenaza del comunismo’. Así lo describe en un cable que envió la embajada estadunidense en Santiago y que fue desclasificado en Washington”.
Dinges, periodista y autor de un libro sobre la Operación Cóndor, relata: “la presencia de McCain en Chile fue mantenida aparentemente lo más silenciosa posible. Él y su mujer, Cindy, llegaron a Santiago el 27 de diciembre y viajaron inmediatamente a la zona de Puyehue, en el sur de Chile, para pasar algunos días como huéspedes del prominente partidario de Pinochet, Marco Cariola, quien luego fue elegido senador por la UDI. El viaje fue coordinado por el embajador de Chile en Estados Unidos, Hernán Felipe Errázuriz. De acuerdo con un documento contemporáneo del gobierno de Chile, Errázuriz arregló un enlace gubernamental especial para ayudar a McCain en Chile, y lo describió como ‘uno de los congresistas conservadores más cercano a nuestra embajada’”.
McCain también tiene entre sus principales asesores para América Latina a Otto Reich, subsecretario de Estado encargado de América Latina al inicio de la presidencia de George W. Bush, y antes ocupó varios puestos. El más controvertido fue una agencia dentro del Departamento de Estado en los 80 que participó de manera directa en lo que después se conoció como el escándalo Irán-Contra, donde entre sus tareas estuvo la promoción del apoyo a la contra nicaragüense. En 2002, como subsecretario, se reportó que indicó el apoyo estadunidense al golpe contra Hugo Chávez en una reunión con diplomáticos del hemisferio.
Pero tal vez lo más notable es que McCain es la preferencia de aquellos que en casi cada discurso identifica como la peor amenaza a Estados Unidos, a los que llama “islamofascistas”. En un sitio de Internet de acceso controlado vinculado con Al Qaeda, se detectó el siguiente mensaje: “Al Qaeda tendrá que apoyar a McCain en la próxima elección”, lo que el columnista del New York Times, Nicholas Kristof, califica de “el endoso del infierno”.
Pero Kristof indica que el respaldo de McCain por este sitio no sorprende a los expertos en seguridad nacional. Escribe que el ex director de contraterrorismo de la Casa Blanca, Richard Clarke, y el ex presidente del Consejo de Inteligencia Nacional y reconocido profesor Joseph Nye, han sugerido que Al Qaeda favorece a McCain y hasta podrían estar dispuestos a emplear atentados terroristas en los próximos días para promover su elección. Argumentan que una continuación de las políticas bélicas de Bush son lo mejor para el reclutamiento y justificación de esa fuerza terrorista.
Estos son sólo algunos indicadores de lo que promete para las relaciones internacionales una presidencia de McCain.