■ Ya nos pegaron los efectos de la recesión en EU, reconoce el gobernador del BdeM

La perspectiva para 2009 es “poco halagüeña”, afirma Ortiz

■ La respuesta del gobierno estadunidense ante la crisis fue “tardía y parcial”, con acciones reactivas

■ Bancos centrales encabezaron medidas, aunque no son actores políticos, destaca

Víctor Ballinas y Andrea Becerril

El gobernador del Banco de México (BdeM), Guillermo Ortiz, sostuvo que ante la falta de liderazgo y las respuestas tardías de los gobiernos, “los bancos centrales, que no son actores políticos”, han tenido que estar en primera línea, encabezando las medidas para enfrentar los efectos de la crisis financiera mundial.

Reconoció asimismo que las perspectivas para México en 2009 “no son halagüeñas”, porque ya nos pegaron los efectos de la recesión en Estados Unidos.

Explicó que se esperaba que la crisis financiera mundial no impactara en los países emergentes, “que hasta hace poco habían sido la esperanza para que la economía internacional no cayera en recesión, pero ya están siendo severamente afectados”.

Durante una reunión en el Senado de la República, con legisladores de la Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea, Ortiz explicó a los visitantes que la situación para México cambió “drásticamente” hace tres semanas. “Hasta hace poco los mercados financieros de México y América Latina nos habíamos librado, porque nuestros bancos no se metieron en la compra de productos tóxicos”.

Ortiz consideró que la respuesta del gobierno de Estados Unidos ante la crisis “fue tardía y parcial. Hay dos temas, el paquete que solicitó al Congreso y que se aprobó muy rápidamente por 700 mil millones de dólares, cuyo propósito original era comprar activos de mala calidad, pero no consideraba, por lo menos en su parte original, la capitalización de las instituciones”.

Ante senadores y diputados federales, y legisladores europeos, el gobernador del Banco de México acusó: “Hubo varios problemas en el manejo de esta crisis por parte de las autoridades financieras, sobre todo de Estados Unidos, y un primer problema es la ausencia de un liderazgo político a lo largo de toda la crisis”.

Esto es importante porque ha significado que “muchas de las acciones que han tomado las autoridades financieras en distintos países, sobre todo Estados Unidos, han sido más bien reactivas, no se han anticipado a problemas que más adelante surgieron”.

Otro tema, expuso Ortiz Martínez, es que los bancos centrales del mundo “no son actores políticos, pero dado el vacío de liderazgo político, han estado en primera línea y lidereando muchas de las acciones que se han tomado. Este es un tema peculiar”.

Pero, insistió Ortiz ante los legisladores nacionales y extranjeros, “la mayor falla es no haberse percatado del tamaño del problema. No haber hecho un diagnóstico correcto, y el tamaño del problema estaba dentro de una palabra, que es fundamental, que es el apalancamiento, el endeudamiento”.

Detalló que “hasta hace poco nos habíamos librado los mercados emergentes, por lo menos de estos impactos financieros inmediatos. Obviamente el canal de transmisión por la parte real ahí estaba; ya en México la desaceleración de las exportaciones, la caída de las remesas y una debilidad mayor de la actividad económica, pero nos habíamos librado por el lado financiero”.

En México, señaló Ortiz, “hemos enfrentado problemas de corporativos igual que en Brasil, en Corea, una serie de países que compraron también coberturas cambiarias que finalmente resultaron fuera de los parámetros normales y han generado pérdidas muy importantes en el mundo y en los países emergentes”.

Destacó que “en México hemos tomado una serie de medidas para tratar de mitigar los aspectos más dañinos en el sector financiero. El lunes pasado la Secretaría de Hacienda y el Banco de México hicimos un anuncio que está teniendo hoy algún resultado, pero finalmente las perspectivas para el próximo año son poco halagueñas”.

Antes de la reunión, en el patio del Senado se inauguró la séptima reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea, en la que durante cuatro días se discutirán temas de migración, crimen organizado, medio ambiente, sistema financiero mundial y otros asuntos.