Balance de la Jornada
■ Las fuerzas básicas de Chivas, ejemplo a seguir
Ampliar la imagen
Al finalizar el cotejo los rojiblancos agradecieron el apoyo de su afición
Foto: Víctor Camacho
Hay jugadores de equipos chicos. Son muchos los casos en los que algunos futbolistas destacan en conjuntos sin cartel, pero cuando son transferidos a escuadras importantes les pesa la camiseta, cambian radicalmente y lo que eran virtudes se transforman en carencias.
Y, por supuesto, también hay jugadores de equipos grandes. Omar Arellano y Víctor Hugo Hernández lo empezaron a demostrar ante River Plate y lo rubricaron ayer en el clásico.
Omar, de la tercera generación futbolera de los Arellano, tuvo una semana de ensueño. El miércoles abrió el camino del triunfo en el estadio Monumental de Buenos Aires y ayer logró dos tantos de buena manufactura para ratificarse como un goleador de estirpe y generar esperanzas inclusive para la selección nacional.
Por su parte, el guardameta Hernández fue fundamental en la victoria sobre los Millonarios argentinos y ante los millonetas mexicanos también respondió en los momentos cruciales.
Ambos son jóvenes y militan en el equipo más importante del futbol nacional. Entonces se debe destacar, una vez más, el trabajo del polémico Jorge Vergara en fuerzas básicas.
Porque la victoria de las juveniles Chivas se dio sobre un equipo que basa su fuerza en la cartera y que en los años recientes ha dilapidado el dinero en elementos como Sebastián Domínguez, Federico Insúa, Enrique Vera y Alfredo Moreno, por mencionar sólo los refuerzos que tiene para esta campaña.
Las Águilas también apostaron a contratar a un técnico de renombre. Y, como bien lo dijo Ricardo La Volpe, Ramón Díaz se mantiene en el cargo debido a su palmarés, ya que tiene hundido al equipo: suma tres triunfos en 14 partidos, es sotanero del grupo de la muerte y prácticamente está eliminado.
Si el dinero para contratar al Pelado hubiera sido invertido en la cantera, tal vez podrían surgir elementos como Arellano y Hernández, quienes demuestran capacidad y carácter para portar una playera con tanta historia.
Pero en este extraño futbol mexicano los técnicos pueden sumir a sus equipos en preocupantes rachas negativas y, paradójicamente, reciben todo el apoyo de sus directivas.
Díaz tiene una millonaria cláusula de rescisión, pero ahí están también los casos de La Volpe, Mario Carrillo y Ricardo Ferretti.
A la directiva del Monterrey no le importaron los fracasos del Bigotón con Boca Juniors y Vélez Sarsfield. La Volpe tiene un equipo de figuras y no sólo pidió más dinero para luchar por el título, sino que amenazó con renunciar en caso de que durante la semana no le extendieran el contrato. Sumisos, los dirigentes rayados le dieron cheque en blanco para un año más. Si La Volpe suma siete juegos sin ganar, qué importa.
Carrillo y Ferretti hilvanan seis partidos sin triunfo. El primero, quien habla y se comporta como si fuera el inventor del balompié, corre a los futbolistas que no se prestan a sus prácticas esotéricas, mientras el Tuca no sabe qué hacer ante la ausencia de Leandro Augusto, pero se mantiene firme en el timón universitario.
En tanto, los dueños se reunieron para dar su apoyo a Sven-Goran Eriksson hasta el próximo 19 de noviembre. Después analizarán su futuro, pero existe malestar contra el sueco ante la pobreza futbolística del Tri. Y tanta es la desesperación, que ya se acordó la convocatoria de Nery Castillo, a quien ni siquiera le dan la oportunidad de calentar la banca del Manchester City, y muchos consideran el regreso de Cuauhtémoc Blanco, quien fiel a su estilo señaló que se necesita “un par de esos que te dije” para ir a jugar a Honduras.