El lugar de la sociedad
Mucha razón tiene el cineasta español Fernando León de Aranoa cuando, en voz de las protagonistas de su película Princesas, afirma: “Existimos porque alguien piensa en nosotros”. La frase acude a la memoria, acaso de manera circunstancial, luego de dar lectura al magnífico ensayo de Tzvetan Todorov, La vida en común, en el que plantea la condición social del ser humano como aspecto irrenunciable de su naturaleza. En un ejercicio intelectual en el que interactúan filosofía y sicoanálisis, el pensador se ocupa de hablar, no como se hace comúnmente, del lugar del hombre en la sociedad, sino a la inversa, del lugar de la sociedad en el hombre. Así demuestra que el ser humano está condenado a ser incompleto, que aspira al reconocimiento y que su ser, incluso en soledad, está hecho del encuentro con los otros. “¿Qué significa exactamente este hecho admitido de manera general de que el hombre es un ser social? ¿Cuáles son las consecuencias de reconocer que no existe un yo sin un tú? ¿En qué consiste para el individuo la restricción de sólo poder conocer una vida en común?”, se pregunta. Título: La vida en común: ensayo de antropología general. Autor: Tzvetan Todorov. Traducción: Héctor Subirats. Editorial: Taurus. Número de páginas: 231. Precio de lista: 169 pesos.