Usted está aquí: lunes 20 de octubre de 2008 Cultura Miles recorrieron la Plaza de la Constitución buscando un tesoro

Feria del libro en el zócalo

■ La oferta editorial en esta edición, de acuerdo con datos preliminares, fue de 55 mil títulos

Miles recorrieron la Plaza de la Constitución buscando un tesoro

■ Las lecturas de poesía han sido un lujo absoluto: Paloma Sáiz

■ De todas las actividades que programamos si nos falló uno por ciento, es demasiado, asegura la directora del encuentro

Erika Montaño Garfias

Ampliar la imagen Presentación de Para leer cien años de soledad, con textos de Rius y Carlos Monsiváis. El público se encontró con los personajes creados por Gabriel García Márquez, quien asistió por la magia del director de la obra Héctor Ortega Presentación de Para leer cien años de soledad, con textos de Rius y Carlos Monsiváis. El público se encontró con los personajes creados por Gabriel García Márquez, quien asistió por la magia del director de la obra Héctor Ortega Foto: María Luisa Severiano

La Feria del Libro del Zócalo concluyó este domingo en medio del frío, con un balance positivo de acuerdo con la directora del encuentro, Paloma Sáiz, y con vendedores de diversas editoriales que se dieron cita desde el pasado viernes 10.

Coincidieron, sin embargo, en que quizá por la crisis económica los primeros días “fueron lentos” en las ventas, aunque la situación mejoró este fin de semana cercano a la quincena.

Cientos de miles de personas –el recuento no es fácil debido a que se trata de un espacio abierto y de acceso libre– acudieron a la Plaza de la Constitución convertida en un bosque de carpas blancas para participar en alguna de las decenas de actividades programadas, entre lecturas de poesía, presentaciones de libros, mesas redondas, canje de libros, tertulias y actividades para niños, cine y exposiciones.

Todo con entrada libre, como en la obra de teatro Para leer cien años de soledad, con textos de Rius y Carlos Monsiváis, en la que el público se encontró con los personajes creados por Gabriel García Márquez, quien por cierto también asistió (de guasa, porque fue caracterizado magníficamente por el director de la obra, Héctor Ortega). Uno de los últimos actos fue la presentación del libro Cómo la hacen de Pemex, de Rafael Barajas, El Fisgón, y por supuesto la clausura en la Plaza de Santo Domingo, con el músico sudafricano Zal Idrissa Sissokho y el grupo African Footprint.

Ayer, adultos y niños, mujeres y hombres, ancianos y adolescentes, muchos de ellos cargando el abrigo, la bufanda y hasta el perro, recorrieron la plaza en la búsqueda de algún “tesoro”.

La señora Claudia, de Chalco, dijo: “Yo sí vine a esto. Me gustan los libros. A ver qué me encuentro”. Su presupuesto era de 200 pesos, de los cuales una parte era para libros y “un cacho” para la comida de ella y su hija. El transporte de regreso estaba en otra cuenta.

La oferta editorial en esta ocasión, de acuerdo con datos preliminares, fue de 55 mil títulos, y la cifra de ventas se dará a conocer en los próximos días, dijo Paloma Sáiz a La Jornada. El número de editoriales contabilizadas por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) fue de 180, entre ellas muchas cuyos nombres rara vez se encuentran en las grandes librerías, como la Editorial Patidifusa, Mondao, Delfín o Bionatura.

Los precios fueron de 10 pesos para arriba en los locales de los grandes sellos, de los editores independientes y académicos, así como de los de revistas. Algunos ofrecían, además de libros, separadores, rompecabezas o atriles, mientras de mano en mano llegaba impresa la convocatoria a la Asamblea en defensa del petróleo, para el próximo día 20 en el Monumento a la Revolución.

El recuento

El balance de la Feria del Libro del Zócalo, en su octava edición, “es muy bueno. Estamos muy contentos. Creo que de todas las cosas que programamos si nos falló uno por ciento, es demasiado”, añadió Sáiz, quien junto con Paco Ignacio Taibo II recorría de un lado a otro el lugar para que todo saliera perfecto.

“En todos los actos ha habido muchísima gente. Creo que hemos superado con mucho el número de visitantes. Las lecturas de poesía han sido un lujo absoluto, creo que en muchas de las mesas redondas y otras actividades pasamos de las 600 o 700 personas en los foros. Hago un balance buenísimo, pero claro, qué voy a decir yo a final de cuentas”.

Agregó que con la participación de escritores mexicanos y extranjeros se logró hacer una programación para todos los gustos, “por ejemplo, ahí está el foro joven, el cine estuvo a reventar todo el tiempo, porque hubo películas que no se ven en todos lados. Ya no digamos la carpa infantil, que fue una cosa que verdaderamente rebasó cualquier expectativa y ahora está terminando un festival en Santo Domingo, que está lleno de gente”.

Adelantó que se está haciendo una valoración para determinar si la feria continúa realizándose en octubre. “Antes la hacíamos en agosto, pero había más lluvia, ahora las lluvias se han alargado un poco. Además, coincidimos con la Feria del Libro de Monterrey y con el Festival Internacional Cervantino, lo cual no es tan bueno, no porque compitamos con ellos, pero la gente ya no sabe para dónde irse. Creo que seguiremos en octubre o en los primeros días de noviembre, después del Día de Muertos”.

La promotora cultural reconoció que en los primeros días las editoriales “estaban un poco asustadas por la crisis económica; yo digo que más que la crisis la gente está asustada de pensar lo que se viene, sin embargo, estos últimos días, después de la quincena, no pueden quejarse, porque están a reventar, y la venta nocturna fue un exitazo”.

Y tanto la venta nocturna como el canje de libros continuarán el próximo año, “y lo vamos a hacer mejor”.

¿Cómo les fue en la feria?

Maribel Rodríguez, quien atendía la carpa donde se encontraban las editoriales El Milagro y Arlequín, junto con otras editoriales, señaló que “en general nos fue bien. Algunas de las editoriales son muy pequeñas, así que las ventas son menores. De las editoriales que hay aquí, 10 no se habían presentado en la feria y les ha ido bien”.

En el local de la editorial Perymat Libros, Fanny Montes, hizo un recuento similar: “Nos está yendo bien. Los primeros días sí fueron muy flojitos, pero ya mejoró. Lo que más se ha vendido son terapias, como yoga, reiki y aromaterapia; el libro más barato es de 10 pesos y el más caro de 129”. Y en ese mismo sentido, Sara Trejo, de Perymat Libros, dijo que la feria había sido “excelente. Lo que más vendimos fue literatura, clásicos, novelas, biografías. Todo se vendió muy bien”.

Los locales de las pequeñas y grandes editoriales estaban a reventar, pero el gran éxito este domingo de frío no fueron los libros, sino el café calientito y las tostadas de nopalitos, cilantro, queso y salsa roja que, de a 15 pesos, se fueron en un abrir y cerrar de boca.

 
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